
A los 65 años unos se jubilan y otros se sienten con fuerzas de empezar de nuevo; éste es el caso de la Kombi. La producción del emblemático modelo de Volkswagen empezó hace 65 años y varias generaciones después continua hoy con la Transporter.
Todo empezó en 1947 con un boceto a lápiz: el importador de vehículos holandés Ben Pon ve un vehículo de plataforma plana en la planta de Volkswagen y, tomándolo como idea básica, procede a esbozar los contornos de un utilitario con ADN de Beetle en la página de una libreta.

Dos años más tarde, Heinrich Nordhoff, director de planta de Volkswagen, presenta cuatro prototipos: dos furgonetas, una combi y un bus pequeño. Uno de ellos está pensado para la fabricante de perfumes 4711 de Colonia. Nordhoff promete que la T1 será tan contundente y robusta como el Beetle: “Estos vehículos no serán tratados con cuidado, sino de forma muy exigente para el trabajo diario”.
Los diseñadores usan el motor y los ejes del Beetle. En vez de un bastidor tubular central, el utilitario recibe una carrocería de una sola pieza que se monta en un bastidor tipo escalera. El motor tiene una cilindrada de 1.131 cc y produce 24,5 CV a 3.300 rpm. El vehículo puede transportar hasta ocho personas, y las dos filas traseras de asientos se pueden extraer con pocos movimientos para liberar una capacidad de cerca de 750 kg de carga útil.

Alfred Haesner, director de Desarrollo Técnico de Volkswagen GmbH de 1948 a 1952, alababa estas cualidades: “Gracias a ello, este tipo de vehículo de reparto comercial se puede usar para cualquier rama de negocio, para entregas urgentes y transporte de mercancías, así como en forma de bus pequeño, vehículo de correos, ambulancia, unidad móvil u otros fines especiales”.
La producción se inició el 8 de marzo en la nave 1 de la planta de Volkswagen en Wolfsburg, donde se fabricaban a un ritmo de diez vehículos al día.
A finales de los años 50, ya se habían fabricado 8.000 unidades de la Kombi. La demanda era enorme, debido especialmente a que el precio a partir de 5.850 marcos alemanes era accesible para los comerciantes y negocios minoristas. Este vehículo único también se convirtió rápidamente en un éxito de exportaciones.

En una exhibición automovilística en Berlín en el año 1951, ya apareció una variante con caja para acampar. De repente, la furgoneta con motor trasero entraña la promesa de una forma completamente nueva de viajar. Por primera vez, llega hasta los Alpes, y más tarde es conducida hasta la India y por toda América cuando los hippies lo descubren.
Cuatro años después del inicio de su producción, sale de la línea de montaje de Wolfsburg el Volkswagen T1 número 100.000. Por aquel entonces, hay 30 modelos distintos del vehículo y la producción diaria en Wolfsburg es de 80 unidades, una capacidad que no se puede incrementar porque la planta ya alcanza su máximo con la producción del Beetle. Queda claro que el Transporter necesita su propia planta.
Las obras empiezan a principios de marzo de 1955 en Hanover-Stöcken, y la planta se construye desde cero en solo un año. En marzo de 1956, salen de la línea de montaje las primeros Kombi “Made in Stöcken”. Al mismo tiempo, esto representa el inicio de un futuro símbolo de los “años de prosperidad económica”. A día de hoy, se han producido a nivel mundial cerca de 11 millones de vehículos de la gama T, a lo largo de cinco generaciones del modelo.

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