Cuando hablamos de Mercedes y deportivos nos vienen a la cabeza las siglas AMG. Sin embargo AMG no es Mercedes, y no siempre estuvo ahí. Hubo otros tiempos en los que los Mercedes más radicales, que no eran muchos, se los tenían que hacer ellos solitos. En los 80 Mercedes presenta el 190, un modelo emblemático que fué todo un éxito de ventas, y que aún ahora podemos encontrar fácilmente en la calle. Sin embargo Mercedes no tenía suficiente con esta versión de calle y decidió llevar el 190 a la competición. En una tentativa de entrar en el Mundial de Rallyes con el 190 se comenzó un proyecto llamado WAA con un motor preparado por Cosworth que llegaría hasta las 320 CV, aunque no llegaron a competir puesto que la aparición del Audi Quattro con Turbo y Tracción Total había dejado ya obsoleto al 190 en el mundo de los Rallyes. Otros constructores no lo vieron así, afortunadamente, e intentaron, sin éxito, plantar cara al Audi.
Sin embargo el trabajo realizado no cayó en el olvido y Mercedes estrenó en 1983 una versión deportiva del 190, el 2.3-16V. Las diferencias de este modelo respecto a los 190 normales eran bien visibles puesto que llevaban un discreto pero deportivo kit de carrocería, lo que lo hacía la berlina más aerodinámica de la época (0,32 Cx). Sólo se vendía en dos colores: Blue-schwarz metallic (negro metalizado) y Smoke silver (champagne, en la imagen). En el interior, un volante más pequeño, asientos Recaro que lo convertían en un 4 plazas, 3 relojes adicionales (Temperatura del aceite, cronómetro y Voltímetro) un depósito mayor (de 55 a 70 L), suspensiones mejoradas…en fin, un coche nuevo. Aunque quizá lo más característico es la caja de cambios Getrag invertida donde la 1ª se mete hacia atrás (enfrentada a la posición de marcha atrás) y las otras 4 marchas quedan en forma de H, en teoría para facilitar los cambios. Sus 185CV a 6200rpm le permitían alcanzar los 230 km/h y acelerar de 0 a 100 en 8.0 sg. El motor era altamente prestacional porque tenía una curva de par muy plana y utilizable en un amplio rango de revoluciones. (Un Mercedes Cosworth no podría ser menos…) Este coche batió varios records en el circuito de Nardó (Hablaremos pronto de él) tras 202 horas rodando, pues dejó una media de 248km/h en un recorrido de 50.000km
entre otras sutilezas.
Siguiendo esta línea salió en 1988 el 2.5-16V con 204CV (197 en la versión catalizada). Mercedes y Cosworth nunca se llegaron a poner de acuerdo sobre quien habría desarrollado ese motor, pero eso es lo de menos. Se hicieron 5.743 unidades (sólo los EVOs y el 2.5 TD son menos numerosos entre los 190) y se le añadieron dos nuevos colores a los dos ya existentes: Almandine Red (Rojo Burdeos, en la imagen) y Astral Silver (Plata metalizado claro). Alcanzaba los 235 km/h. Y hacía el 0 a 100 en 7,5 sg.
Sin embargo la revolución llegó de la mano de la evolución. En concreto con las versiones Evolution I y II. Un estilo y una estética hasta entonces desconocidos en Mercedes y nunca repetidos. Agresividad en estado puro.
En 1989 aparece el Evolution I, en teoría con los mismos 205 CV del 2.5, pero con unos cilindros de mayor diámetro y carrera aún más corta para que subiera más de vueltas y con más facilidad. Iba equipado con un agresivo Kit de carrocería con pasos de rueda ensanchados y un alerón mayor (aunque casi discreto viendo lo que se avecinaba) Bajo esta, ya estridente, carrocería escondía unos frenos más potentes y la suspensión SLS regulable en altura desde el interior. Además de modificaciones en la caja de cambios, que la hacían más corta, consecuente con el espíritu de carreras de este modelo. Se fabricó en una edición limitada de 502 unidades. (Necesarias para conseguir la homologación para competir)
Sin embargo los ingenieros sabían que ese motor aún podía dar mucho más de si, y es aquí cuando entra en juego AMG, sacando el AMG Power Pack, que eleva la potencia hasta los 235 CV. Este pack se constituía de un nuevo embrague, arbol de levas retocado, una “reprogramación” (cambios en la inyección) y mejoras en la admisión y el escape.
De ahí nacería el Evolution II, la versión DEFINITIVA y más atractiva de todas para nosotros. Recordado por los mayores, y por los jóvenes tras su aparición en el GT4 (La prueba de rodar Nurburgring en 8 minutos con la versión de carreras es épica!!!), desata pasiones a su paso, aunque también miradas de desprecio viniendo de profanos que lo confunden con un modelo tuning. Tras el éxito de la primera evolución se presento en Ginebra en el 90 y se vendieron todas las unidades antes de que pisara la calle. En 1991 se entregaron todas a los 502 afortunados compradores. Traían de serie el AMG Power Pack de 235 CV, con un par de 245 Nm entre 5000 y 6000 rpm. Con un peso de 1300 kilos sólo necesitaba 7.1 segundos para hacer el 0-100km/h, y alcanzaba los 250 km/h. La suspensión con 3 posiciones y el nuevo kit de carrocería diseñado por Richard Eppler con su masivo alerón ajustable acababan de diferenciarle de su antecesor. Este kit era una proeza aerodinámica, ya que reducía el Cx a 0,29 y aumentaba el apoyo a alta velocidad.
Aún hubo más, ya que este motor llegó a los 420 CV en competición, con un peso total del coche cercano a 1000kg, lo que da una idea de la bestia en la que se convirtió. AMG y Mercedes compitieron de manera independiente, y con ellos este modelo ganó cerca de 50 carreras en la DTM. En concreto, en 1992 las especificaciones eran de 373CV (a 9500 vueltas!!!!) y alrededor de 300km/h con una caja de cambios de 6 marchas.
En 1984 para estrenar el circuito de Nurburgring se hizo una carrera con varios 2.3-16V de serie, enfrentando a pilotos de F1 (os lo imagináis ahora????) en ella un desconocido Ayrton Senna se impuso a Moss, Lauda, Prost y Hill. ¡Indescriptible!
Sin embargo el trabajo realizado no cayó en el olvido y Mercedes estrenó en 1983 una versión deportiva del 190, el 2.3-16V. Las diferencias de este modelo respecto a los 190 normales eran bien visibles puesto que llevaban un discreto pero deportivo kit de carrocería, lo que lo hacía la berlina más aerodinámica de la época (0,32 Cx). Sólo se vendía en dos colores: Blue-schwarz metallic (negro metalizado) y Smoke silver (champagne, en la imagen). En el interior, un volante más pequeño, asientos Recaro que lo convertían en un 4 plazas, 3 relojes adicionales (Temperatura del aceite, cronómetro y Voltímetro) un depósito mayor (de 55 a 70 L), suspensiones mejoradas…en fin, un coche nuevo. Aunque quizá lo más característico es la caja de cambios Getrag invertida donde la 1ª se mete hacia atrás (enfrentada a la posición de marcha atrás) y las otras 4 marchas quedan en forma de H, en teoría para facilitar los cambios. Sus 185CV a 6200rpm le permitían alcanzar los 230 km/h y acelerar de 0 a 100 en 8.0 sg. El motor era altamente prestacional porque tenía una curva de par muy plana y utilizable en un amplio rango de revoluciones. (Un Mercedes Cosworth no podría ser menos…) Este coche batió varios records en el circuito de Nardó (Hablaremos pronto de él) tras 202 horas rodando, pues dejó una media de 248km/h en un recorrido de 50.000km
entre otras sutilezas.
Siguiendo esta línea salió en 1988 el 2.5-16V con 204CV (197 en la versión catalizada). Mercedes y Cosworth nunca se llegaron a poner de acuerdo sobre quien habría desarrollado ese motor, pero eso es lo de menos. Se hicieron 5.743 unidades (sólo los EVOs y el 2.5 TD son menos numerosos entre los 190) y se le añadieron dos nuevos colores a los dos ya existentes: Almandine Red (Rojo Burdeos, en la imagen) y Astral Silver (Plata metalizado claro). Alcanzaba los 235 km/h. Y hacía el 0 a 100 en 7,5 sg.
Sin embargo la revolución llegó de la mano de la evolución. En concreto con las versiones Evolution I y II. Un estilo y una estética hasta entonces desconocidos en Mercedes y nunca repetidos. Agresividad en estado puro.
En 1989 aparece el Evolution I, en teoría con los mismos 205 CV del 2.5, pero con unos cilindros de mayor diámetro y carrera aún más corta para que subiera más de vueltas y con más facilidad. Iba equipado con un agresivo Kit de carrocería con pasos de rueda ensanchados y un alerón mayor (aunque casi discreto viendo lo que se avecinaba) Bajo esta, ya estridente, carrocería escondía unos frenos más potentes y la suspensión SLS regulable en altura desde el interior. Además de modificaciones en la caja de cambios, que la hacían más corta, consecuente con el espíritu de carreras de este modelo. Se fabricó en una edición limitada de 502 unidades. (Necesarias para conseguir la homologación para competir)
Sin embargo los ingenieros sabían que ese motor aún podía dar mucho más de si, y es aquí cuando entra en juego AMG, sacando el AMG Power Pack, que eleva la potencia hasta los 235 CV. Este pack se constituía de un nuevo embrague, arbol de levas retocado, una “reprogramación” (cambios en la inyección) y mejoras en la admisión y el escape.
De ahí nacería el Evolution II, la versión DEFINITIVA y más atractiva de todas para nosotros. Recordado por los mayores, y por los jóvenes tras su aparición en el GT4 (La prueba de rodar Nurburgring en 8 minutos con la versión de carreras es épica!!!), desata pasiones a su paso, aunque también miradas de desprecio viniendo de profanos que lo confunden con un modelo tuning. Tras el éxito de la primera evolución se presento en Ginebra en el 90 y se vendieron todas las unidades antes de que pisara la calle. En 1991 se entregaron todas a los 502 afortunados compradores. Traían de serie el AMG Power Pack de 235 CV, con un par de 245 Nm entre 5000 y 6000 rpm. Con un peso de 1300 kilos sólo necesitaba 7.1 segundos para hacer el 0-100km/h, y alcanzaba los 250 km/h. La suspensión con 3 posiciones y el nuevo kit de carrocería diseñado por Richard Eppler con su masivo alerón ajustable acababan de diferenciarle de su antecesor. Este kit era una proeza aerodinámica, ya que reducía el Cx a 0,29 y aumentaba el apoyo a alta velocidad.
Aún hubo más, ya que este motor llegó a los 420 CV en competición, con un peso total del coche cercano a 1000kg, lo que da una idea de la bestia en la que se convirtió. AMG y Mercedes compitieron de manera independiente, y con ellos este modelo ganó cerca de 50 carreras en la DTM. En concreto, en 1992 las especificaciones eran de 373CV (a 9500 vueltas!!!!) y alrededor de 300km/h con una caja de cambios de 6 marchas.
En 1984 para estrenar el circuito de Nurburgring se hizo una carrera con varios 2.3-16V de serie, enfrentando a pilotos de F1 (os lo imagináis ahora????) en ella un desconocido Ayrton Senna se impuso a Moss, Lauda, Prost y Hill. ¡Indescriptible!
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