





















El texto es largo, pero vale la pena

Germán tuvo que esperar 7 años para recuperar nuevamente la Chevy SS ´72 en la cual, a sus 12 años, había aprendido a manejar. El auto familiar donde habían compartido vacaciones, donde el padre hacía sus viajes de rutina entregando mercadería hasta que los valores del combustible hicieron insostenible la alimentación del 250ci. Una Chevy que tuvo la desgracia de caer en las clásicas reformas noventosas, los faros traseros de VW1500, el cambio de color, de su Cobre Azteca original y su vinílico negro, a un triste celeste luego de un choque, y el adiós con esperanzas de reencuentro, luego de que pasara a manos de un mecánico conocido de la familia, allá por el año ´92.
Claro, Germán no estaba solo, tenía como aliado a su hermano para recuperar la Chevy y sus dos voces de reclamo y súplica fueron el plan perfecto para recuperarla en el ´99. Bueno, recuperarla fue una forma de decir, hay veces que uno, haciendo todo el esfuerzo posible por romper un auto es imposible que lo logre, pero claro, hay otro tipo de gente, como este dueño intermedio, que en 7 años hizo de la Coupe una bola de golpes, no hubo panel que se salvara, la pintura no existía mas, solo primer con comienzos de óxido, los tapizados, solo unos pedazos quedaban sujetos a las butacas y así el resto, pero con su deterioro y pronóstico reservado, y luego de haberla pagado 400 pesos, estaba nuevamente en la familia, en el galpón de casa, a la espera de su merecida restauración. Proceso que duro más de cinco años desde que la desarmaron al poco tiempo de comprarla, hasta que volvió a ser una Chevy con forma de Chevy.
En el transcurso, había decisiones que tomar, y a partir de las decisiones vinieron las discusiones entre los hermanos, gustos que no congeniaban, uno tiraba por la originalidad, el por algo un poco más jugado pero sin perder la línea americana, conclusión: ahora hay otra Chevy en la familia a la espera de ser reconstruida, pero ese será tema de otra nota.
Volviendo nuestra SS, hubo cosas que no quedaron bien en la etapa de restauración, como ser, la pintura, evidentemente no estaba acostumbrada la Coupe a semejante tratamiento estético ya que al día siguiente de ser pintada, se aglobo con el primer rayo de sol. En esta primera instancia, el auto no contaba con el color que tiene ahora, si bien era de color dorada, era un tono más apagado y sin vinílico. Gracias a Internet, y luego de varias búsquedas de tonos originales de época de GM apareció este Granada Gold. Este color, mas la decisión del vinílico de repintar el cubrepiedras del gris original, y la incorporación de las Rally Wheels con sus respectivas tazas, terminaron de darle a esta SS ´72 la vida que hacía tanto tiempo no tenía, y que sin dudas se merecía. Esta a la vista que el interior fue reconstruido y ahora dan ganas de sentarse, empuñar el nuevo volante réplica al original y sentir el 250ci vivo otra vez, con sus pequeñas mejoras, sus pistones planos con pernos flotantes, su admisión de aluminio y su Dino Caresa 40/40, su distribuidor HEI, y la infaltable dirección hidráulica para completar el estilo americano.
Y si, esta historia puede ser parecida a otras, pero nunca va a ser igual, por lo menos no lo va a ser para una persona, para esa que desde los 12 años guarda en imágenes imborrables, esa primera vez al volante de un auto de hombre, al volante de su Chevy Super Sport 1972.
Fuente: Customs Mag
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