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1986, Año Record

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  • 1986, Año Record

    Lo copio y lo pego tal cual como lo escribieron en carburando, la verdad que habia q tener muchisimos huevos para correr en esa epoca en el TC, bueno basta de preambulos, ahi lo copio



    Setenta años atrás, el TC se debatía entre el polvo y el ripio corriendo a menos de 100 km/h por hora. El largo desarrollo de la categoría posibilitó que los promedios casi se triplicaran, causa una mezcla de asombro y espanto. El clímax tuvo lugar a mediados de la década del '80, cuando la ruta era todavía un fixture central, las largas rectas simulaban ser caldos de cultivo para la búsqueda de adicionales
    kilómetros por hora, y al acelerador se lo maltrataba más que acariciarlo.
    Tres etapas en interminables rectilíneos de La Pampa compusieron un Gran Premio de cierre de campeonato. Una carrera para preparadores antes que para pilotos. Si los motores aguantaban pero no resistieron todos, el resultado fue sorpresivo y el promedio se transformó en un record.

    La primera etapa era un cuadrilátero de asfalto, que recorrido en tres oportunidades elevaba la exigencia a 554 kilómetros.
    Emilio Satriano rompió los primeros relojes con el Chevrolet que preparaba su hermano Pablo, chupado con el Dodge verde de Juan Antonio De Benedictis, pero en la segunda vuelta una aparente falla de fabricación en la punta del vástago de una válvula lo dejaba en la banquina. Después se detuvo el Chevrolet de Roberto Mouras, propiedad intelectual de Wilke y Pedersoli: "El cigüeñal de nuevo diseño vibraba demasiado".

    Oscar Aventín reventaba un neumático en la recta. "Jamás me asusté tanto. No sé cómo pude tenerlo. Hay que repensar mucho el tema de la velocidad" decía en los medios de la época. José María Romero no la pasaba mejor: su Dodge volcaba a tremenda velocidad, decolaba, iba a parar al medio del campo y se incendiaba.
    "Al terminar la primera etapa se calculó con unánime exactitud que los más rápidos transitaron a 272/275 km/h. La cifra surge de asignarle a los Dodge y Chevrolet más veloces (como cuando se chuparon De Benedictis y Satriano) regímenes de 7.6/7.700 rpm para el Slant Six y 8.1/8.200 rpm para el "Chivo". Con transmisiones de 3,54:1 para unos, 3,72:1 para otros, y neumáticos 215x15, las cifras son más que plausibles" se leía. ¿El promedio de De Benedictis para ganar la etapa? 251,709 km/h
    La segunda etapa comprendía un tendido entre Santa Rosa y General Pico que pasaba por Bernasconi, Guatrache, Macachín, Catriló y Quemú Quemú. Más brasa para la hoguera de los motores. De Benedictis le dejó el camino libre a Oscar Angeletti en la segunda etapa
    cuando su motor claudicó.

    Oscar Castellano, que peleaba el título con Angeletti, salió a jugarse con todo: solo Julio Salgado y Roberto Urretavizcaya andaban más rápido que él. Angeletti iba a mantener su ritmo: no superar las 7.200 rpm. Cuando todo parecía bajo control, al paso por Ojeda saltó, de manera inesperada, en un paso a nivel. El Dodge cayó de panza. Se aplastó el tren delantero y el carter tocó el pavimento. Por allí se fugó el aceite y sus posibilidades de terminar. Varios minutos después, el alivio: el de Lobería se detenía a su vez con el motor fundido. Los aspirantes a la corona habían quedado fuera de combate.

    El resto volaba: Juan Carlos Nesprías ganaba la etapa con su Dodge a ¡257,033 km/h!, tras tardar apenas una hora y 43 minutos para recorrer 442 kilómetros. Y la general quedaba en manos de Osvaldo Morresi y el otro Chevrolet del equipo de Satriano, que le había sacado dos minutos de ventaja a Pedro Doumic, caminando a 252,224 km/h para casi mil kilómetros de exigencia.
    ¿La tercera etapa? Otro rectángulo asfaltado, esta vez en torno a General Pico. Nadie podía, en condiciones normales, desplazar a Morresi de la victoria. "Pero un chimango pampeano, un maldito pájaro que él vio venir, flotó allí delante del capot. Y, algo increíble, impensado y acaso injusto- golpeó a casi 270 km/h contra la rejilla de alambre, cuya misión era, justamente, evitar que un plumífero se zambullese en la toma dinámica y se metió en el carburador. Al rato comenzó una falla. Y así, kilómetro a kilómetros, se le escapó a Morresi el seguro triunfo en el Gran Premio" se leía en la época.

    El motor de Johnny Laborito impulsaba alegre al Dodge marrón y algo vetusto que Doumic aceleraba sin escatimarle nada. Solo un jovencísimo Roberto Urretavizcaya (con el Chevrolet del equipo Supertap, hoy JC Competición) podía caminar más veloz en la etapa. Pero sin hacerle cosquillas en la general.
    "Doumic lloraba, quebrado por la emoción y la alegría. Después de cinco duras temporadas en TC, después de decenas de despistes y algunos golpes, después de múltiples desilusiones mecánicas, había ganado. Siempre tuvo excelentes parciales y logró algunas series.

    Pero esta vez llegaba a la victoria, la inolvidable victoria de un Gran Premio de Turismo Carretera. ¿Cómo no merecerlo? Al igual que todos sus colegas de ruta, capaces de arriesgar la vida a 270 km/h. Supo acelerar cuando debía, cuidar en el momento oportuno y conservar la cabeza fresca, algo que contrastó con su habitual vehemencia".
    El promedio máximo de una carrera de TC había superado los 100 km/h cuando Américo Orsi ganó las Mil Millas de 1939 a 109,958 km/h.
    Y pasó las 100 millas por hora cuando Ernesto Petrini conquistó la Vuelta de Tres Arroyos de 1952 a 165,863 km/h.

    La Galera de los Emiliozzi fue el primer auto en quebrar los 200 km/h de promedio en la Vuelta de Necochea de 1963, ganada a 203,526 km/h. En 20 años, el record caería en otras once oportunidades: Doumic sellaría el último, con a victoria en ese Gran Premio, a 248,777 km/h. Y aunque el promedio fue discutido, las mediciones del camino no dieron toda la seriedad del caso y la relación entre velocidad máxima y promedio pareció poco sustentable, lo cierto es que la cifra quedó en la historia porque, de cualquier forma, ese promedio era seis kilómetros por hora más veloz que el record anterior, establecido por Miguel Angel Atauri en la Vuelta de Venado Tuerto en 1980, al ganar a 242,567 km/h.


    Si ya lo postearon, q borren el post...

    saludos

  • #2
    Re: 1986, Año Record



    Muy buena info loko, te pasastes!!!

    Como amante y fana del TC ojala esta categoria y la gente que lo acompañamos siempre nunca se terminen!!!

    Aguante el TURISMO CARRETERA!!!!!! Pasion 100% Nacional!!!!

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    • #3
      Re: 1986, Año Record

      Había que andar en esos autos a esa velocidad, un aplauso para los pilotos argentinos y otro para sus huevos en particular.

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      • #4
        Re: 1986, Año Record

        buscate una mina


        naa..terrible antes si q tenian las pelotas como 2 fiat 600 q increible

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        • #5
          Re: 1986, Año Record

          eso era tc, no la verga de ahora!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
          burca y volante loko!!!!

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          • #6
            Re: 1986, Año Record

            y ahora tienen miedo de correr en rafaela

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            • #7
              Re: 1986, Año Record

              ahora son todas unas nenas que quieren estar mas seguros que en una oficina

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