Se acuerdan de ese manotazo de ahogado??? encontre esta nota
Allá por mediados de la década del 80, el Turismo Carretera comenzaba a sufrir algo que, desde hacía ya un tiempo, tenía preocupados a los directivos y a los pilotos de la categoría: la escasez de autos y de elementos para correr. Sabido es que tanto las coupés Chevy como las Dodge habían cesado su producción en 1978, mientras que el Torino lo había hecho entrando 1982. Con los Falcon no había problemas debido a que, hasta ese momento, seguían fabricándose. Pero la cantidad de categorías zonales y nacionales que se volcaban hacia este tipo de autos aumentaba, lo cual hizo que muchos salieran a rastrillar el país en busca de cascos sanos, de tapas de cilindros, blocks y cigüeñales, especialmente los de Valiant V200.
Atento a todo esto, y tratando también de recuperar algo de la popularidad perdida frente al por entonces exitoso TC2000 (una práctica constante en nuestro automovilismo), en 1991 la ACTC decidió crear una nueva categoría basada en un elemento nunca antes usado en las pistas de nuestro país: el turbo. Palabra mágica por aquellos años y poco conocida en nuestro mercado (solo el Renault 11 Turbo ofrecía esta tecnología a los usuarios), muchos creyeron ver una alternativa lógica para la continuidad del TC.
Los modelos elegidos eran similares a los que corrían en el TC2000: Fuego, Sierra, Carat y Regatta. El reglamento exigía motores de entre 1.9 y 2.2 litros de cilindrada, alimentados por carburadores y con una relación de compresión de 8:1. Los turbos eran marca Garret y la presión máxima permitida era de 1,3 Bar, con un régimen de giro estipulado en aproximadamente 6000 rpm. La potencia estimada rondaba los 300 hp. La mayoría de los autos que se animaron al desafío provenían del TC2000 o de la Clase 3 de Turismo. Muchos preparadores, entre los que se hallaban Herceg, Berta y Antelo coincidían en que no tenían la experiencia suficiente en este tipo de motores, e incluso se dudaba de la resistencia de importantes componentes, como por ejemplo los neumáticos y las suspensiones.
Entre los principales pilotos que apoyaron la creación del TC Turbo estaban Roberto Mouras, Ernesto Bessone, Jorge Omar del Río, Cocho López, Hugo Olmi, Omar Bonomo, Oscar Aventín y Carlos Aranzana. Sin embargo, los altos costos y algunos contratiempos de la dirigencia teceísta fueron retrasando el debut de la categoría. Finalmente, el domingo 6 de diciembre de 1992 -el mismo día que el TC definía su campeonato entre Oscar Aventín y Juan Manuel Landa- los Turbo hicieron su presentación oficial ante el público. Los escasos autos en pista -apenas 7- y la ausencia de ruido de los motores sobrealimentados hicieron que las pocas vueltas que giraron a modo de exhibición pasaran desapercibidas para la mayoría de los presentes en el Autódromo Municipal.
Con el correr de los meses, la idea fue perdiendo fuerza y los vehículos quedaron arrumbados en los distintos talleres. Visto a la distancia, hay que reconocer que eran pocos los que imaginaban a ese tipo de autos como dignos sucesores de los compactos americanos. Hoy en día, el turbo está presente en las principales categorías del mundo: Fórmula 1, Rally y WTCC. ¿Tendremos algún día en nuestro país una categoría pistera nacional y profesional con este tipo de tecnología?
http://www.atodomotor.com.ar/deportivo/el-tc-turbo
Y comparto esta nota que escaneo gentilmente un amigo
Allá por mediados de la década del 80, el Turismo Carretera comenzaba a sufrir algo que, desde hacía ya un tiempo, tenía preocupados a los directivos y a los pilotos de la categoría: la escasez de autos y de elementos para correr. Sabido es que tanto las coupés Chevy como las Dodge habían cesado su producción en 1978, mientras que el Torino lo había hecho entrando 1982. Con los Falcon no había problemas debido a que, hasta ese momento, seguían fabricándose. Pero la cantidad de categorías zonales y nacionales que se volcaban hacia este tipo de autos aumentaba, lo cual hizo que muchos salieran a rastrillar el país en busca de cascos sanos, de tapas de cilindros, blocks y cigüeñales, especialmente los de Valiant V200.
Atento a todo esto, y tratando también de recuperar algo de la popularidad perdida frente al por entonces exitoso TC2000 (una práctica constante en nuestro automovilismo), en 1991 la ACTC decidió crear una nueva categoría basada en un elemento nunca antes usado en las pistas de nuestro país: el turbo. Palabra mágica por aquellos años y poco conocida en nuestro mercado (solo el Renault 11 Turbo ofrecía esta tecnología a los usuarios), muchos creyeron ver una alternativa lógica para la continuidad del TC.
Los modelos elegidos eran similares a los que corrían en el TC2000: Fuego, Sierra, Carat y Regatta. El reglamento exigía motores de entre 1.9 y 2.2 litros de cilindrada, alimentados por carburadores y con una relación de compresión de 8:1. Los turbos eran marca Garret y la presión máxima permitida era de 1,3 Bar, con un régimen de giro estipulado en aproximadamente 6000 rpm. La potencia estimada rondaba los 300 hp. La mayoría de los autos que se animaron al desafío provenían del TC2000 o de la Clase 3 de Turismo. Muchos preparadores, entre los que se hallaban Herceg, Berta y Antelo coincidían en que no tenían la experiencia suficiente en este tipo de motores, e incluso se dudaba de la resistencia de importantes componentes, como por ejemplo los neumáticos y las suspensiones.
Entre los principales pilotos que apoyaron la creación del TC Turbo estaban Roberto Mouras, Ernesto Bessone, Jorge Omar del Río, Cocho López, Hugo Olmi, Omar Bonomo, Oscar Aventín y Carlos Aranzana. Sin embargo, los altos costos y algunos contratiempos de la dirigencia teceísta fueron retrasando el debut de la categoría. Finalmente, el domingo 6 de diciembre de 1992 -el mismo día que el TC definía su campeonato entre Oscar Aventín y Juan Manuel Landa- los Turbo hicieron su presentación oficial ante el público. Los escasos autos en pista -apenas 7- y la ausencia de ruido de los motores sobrealimentados hicieron que las pocas vueltas que giraron a modo de exhibición pasaran desapercibidas para la mayoría de los presentes en el Autódromo Municipal.
Con el correr de los meses, la idea fue perdiendo fuerza y los vehículos quedaron arrumbados en los distintos talleres. Visto a la distancia, hay que reconocer que eran pocos los que imaginaban a ese tipo de autos como dignos sucesores de los compactos americanos. Hoy en día, el turbo está presente en las principales categorías del mundo: Fórmula 1, Rally y WTCC. ¿Tendremos algún día en nuestro país una categoría pistera nacional y profesional con este tipo de tecnología?
http://www.atodomotor.com.ar/deportivo/el-tc-turbo
Y comparto esta nota que escaneo gentilmente un amigo




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