La temporada DTM’93 estaba precedida por un éxito arrollador de los Mercedes 190 Evo II en la campaña de 1992. La recién estrenada normativa ya no exigía homologar 500 coches de calle para competir y las restricciones en el apartado técnico eran lo más parecido a un folio en blanco con varias condiciones: se debía conservar el chassis, el motor debía ser atmosférico de un máximo de seis cilindros cubicando un máximo de 2500cc y las modificaciones aerodinámicas (excepto el alerón) sólo serían válidas por debajo de la altura del eje de las ruedas. Así, cuanto más bajos fuesen los coches, las modificaciones podrían afectar a mayor proporción de la carrocería; las chispas estarían a la orden del día… La actitud de las marcas ya establecidas en el DTM (BMW, Mercedes, Opel y Ford) fue continuista, sus coches no sufrieron gran evolución (cabe puntualizar que ya de por sí en esta competición los coches estaban muy evolucionados con el reglamento antiguo). De BMW se esperaba para 1993 una gran mejora en el M3 Sport Evolution, ya que en 1992 no fue todo lo competitivo que el campeonato demandaba. El único digno de mención fue el Mercedes 190, que pasó de su especificación EVO II a la más extrema Klasse 1 con el fin de estirar el ya de por sí superdotado 2.5-16V hasta los 380cv.
Empezó el campeonato de 1993 y rápidamente se supo que el ganador saldría de un gran mano a mano entre Mercedes y Alfa Romeo. BMW no consiguió estar a la altura, al igual que Opel y Ford. Objetivamente, Alfa Romeo partía de una posición ventajosa frente al veterano Mercedes 190. Y se plasmó en un dominio importante por parte del equipo Alfa Corse, que consiguió 12 victorias de las 20 posibles. De este modo, Alfa Romeo y Larini llegaron y besaron el santo, el campeonato de 1993 de DTM se marchó fuera de Alemania, para Turín; no sin una encarnizada lucha por parte de Roland Asch y Bernd Schneider a los mandos de sus respectivos Mercedes 190 Klasse 1.
Para el año 1994, a la vez que BMW se retiraba de la competición, la orgullosa Mercedes presentaría su nueva herramienta basada en el recientemente introducido Clase C para sustituir a los veteranos Mercedes 190 (aunque todavía algunos siguieron participando en equipos privados) y vencer a los 155 V6 TI. El AMG-Mercedes clase C se desarrolló con el único objetivo de vencer a Alfa Romeo. Y así fue, Klaus Ludwig volvía a ganar el campeonato con el nuevo Mercedes, acompañado en la segunda posición por el Mercedes de Jörg van Ommen y hasta la tercera posición no aparecía el primero de los 155 V6 TI, pilotado por Nicola Larini; aunque Alfa Romero ganó once carreras.
Empezó el campeonato de 1993 y rápidamente se supo que el ganador saldría de un gran mano a mano entre Mercedes y Alfa Romeo. BMW no consiguió estar a la altura, al igual que Opel y Ford. Objetivamente, Alfa Romeo partía de una posición ventajosa frente al veterano Mercedes 190. Y se plasmó en un dominio importante por parte del equipo Alfa Corse, que consiguió 12 victorias de las 20 posibles. De este modo, Alfa Romeo y Larini llegaron y besaron el santo, el campeonato de 1993 de DTM se marchó fuera de Alemania, para Turín; no sin una encarnizada lucha por parte de Roland Asch y Bernd Schneider a los mandos de sus respectivos Mercedes 190 Klasse 1.
Para el año 1994, a la vez que BMW se retiraba de la competición, la orgullosa Mercedes presentaría su nueva herramienta basada en el recientemente introducido Clase C para sustituir a los veteranos Mercedes 190 (aunque todavía algunos siguieron participando en equipos privados) y vencer a los 155 V6 TI. El AMG-Mercedes clase C se desarrolló con el único objetivo de vencer a Alfa Romeo. Y así fue, Klaus Ludwig volvía a ganar el campeonato con el nuevo Mercedes, acompañado en la segunda posición por el Mercedes de Jörg van Ommen y hasta la tercera posición no aparecía el primero de los 155 V6 TI, pilotado por Nicola Larini; aunque Alfa Romero ganó once carreras.
[YT]http://www.youtube.com/watch?v=zzxLn9zlhlA&feature=related[/YT]
[YT]http://www.youtube.com/watch?v=Y25C2DCHj_4&feature=related[/YT]
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