Espanto en la carretera El dolor y la muerte se dieron cita en un tramo de la autopista
Comenzó en el kilómetro 235 del carril de la autopista Buenos Aires-Rosario, enseguida se extendió al carril contrario y también más atrás y más adelante a partir del punto inicial. Una decena de heridos, un muerto y cuantiosos costos materiales fue el saldo. Todo sucedió en una hora y cuarto y en menos de diez kilómetros de recorrido.

La primera mala noticia de varias que se desencadenaron, fue a la altura del kilómetro 235. En dirección Buenos Aires –Rosario circulaba un automóvil Peugeot modelo 307, color gris, que era conducido por Carlos Gauna de treinta y seis años de edad y Carlos Golini (54), todos de la ciudad de Mar del Plata. Le tocaría morir esta vez a quien viajaba de acompañante, esto es Carlos Alberto Di Tandilo de 30 años de edad, también marplatense. Por razones que ahora tratan de determinar peritos en accidentología, el 307 fue derrapando por el sendero central de la autovía y volcando hasta quedar parcialmente invadiendo una parte del carril Rosario Buenos Aires.
Gauna y Golini fueron derivados prestamente al hospital San Felipe, en medio de un operativo al que convergieron prestamente ambulancias, bomberos, móviles de la empresa concesionaria del peaje, policías de las tres comisarías y equipos de apoyo para buscar normalizar el transito, dado que llovía intensamente en esos momentos. El agua le aportaba singular dramatismo a la escena.
Los bomberos, con una línea de avanzada y otra que llegó inmediatamente después, protagonizaron acciones muy arriesgadas en las que hasta pudieron haber perdido la vida. Los numerarios Ricardo Espindola, inspector Lautaro Lequio, el oficial Carlos Alberto Gabba (jefe), Miguel Musachio, Mario Álvarez, Julián Vanegas y el oficial Rivero con equipo propio de La Emilia, tuvieron la difícil tarea de ayudar a la gente en medio de condiciones definitivamente adversas. Por un verdadero milagro, en esos momentos tan comprometidos, tres bomberos no fueron atropellados por un camionero imprudente.
Es que si alguna vez tuvimos la sensación de que los conductores de vehículos estaban ganados por una especie de locura, esto ocurrió en la tarde de la víspera. Veían que los bomberos y otros auxiliadores trataban de salvar vidas y seguían acelerando a fondo sus unidades y en oportunidades producían maniobras de alto riesgo en busca de ser espectadores privilegiados de la tragedia.
En medio de ese clima, el acompañante del 307 murió y dos de los restantes ocupantes de la unidad, debieron ser trasladados con urgencia al hospital San Felipe. Y era apenas la primera muestra del espanto en una tarde fatídica
Gauna y Golini fueron derivados prestamente al hospital San Felipe, en medio de un operativo al que convergieron prestamente ambulancias, bomberos, móviles de la empresa concesionaria del peaje, policías de las tres comisarías y equipos de apoyo para buscar normalizar el transito, dado que llovía intensamente en esos momentos. El agua le aportaba singular dramatismo a la escena.
Los bomberos, con una línea de avanzada y otra que llegó inmediatamente después, protagonizaron acciones muy arriesgadas en las que hasta pudieron haber perdido la vida. Los numerarios Ricardo Espindola, inspector Lautaro Lequio, el oficial Carlos Alberto Gabba (jefe), Miguel Musachio, Mario Álvarez, Julián Vanegas y el oficial Rivero con equipo propio de La Emilia, tuvieron la difícil tarea de ayudar a la gente en medio de condiciones definitivamente adversas. Por un verdadero milagro, en esos momentos tan comprometidos, tres bomberos no fueron atropellados por un camionero imprudente.
Es que si alguna vez tuvimos la sensación de que los conductores de vehículos estaban ganados por una especie de locura, esto ocurrió en la tarde de la víspera. Veían que los bomberos y otros auxiliadores trataban de salvar vidas y seguían acelerando a fondo sus unidades y en oportunidades producían maniobras de alto riesgo en busca de ser espectadores privilegiados de la tragedia.
En medio de ese clima, el acompañante del 307 murió y dos de los restantes ocupantes de la unidad, debieron ser trasladados con urgencia al hospital San Felipe. Y era apenas la primera muestra del espanto en una tarde fatídica
Sobre llovido
mojado y más
choques
mojado y más
choques
Los bomberos, el personal de la comisaría tercera y los grupos de apoyo, además de las unidades de Vial y de la empresa del Peaje, se encontraban evaluando el accidente del Peugeot 307 cuando apareció en nuevo choque.
Sucedió exactamente enfrente de donde se despistó el Peugeot con resultado fatal.
Sucedió exactamente enfrente de donde se despistó el Peugeot con resultado fatal.
¿Por mirar el choque?
Fue por entonces en que no se descartó que el conductor de una camioneta Peugeot Partner se haya distraído o conmocionado demasiado por el otro choque y esto lo habría hecho impactar fuertemente contra la parte de atrás de un camión de la marca Scania, que era conducido por Eugenio Colo
La Peugeot sufrió importantes daños materiales y resultaron con lesiones el conductor Fernando Rojas, 28 y su esposa Daniela Sánchez (31).
Por otro lado, Juana Rojas de cuatro años de edad, por suerte resultó ilesa.
Fue por entonces en que no se descartó que el conductor de una camioneta Peugeot Partner se haya distraído o conmocionado demasiado por el otro choque y esto lo habría hecho impactar fuertemente contra la parte de atrás de un camión de la marca Scania, que era conducido por Eugenio Colo
La Peugeot sufrió importantes daños materiales y resultaron con lesiones el conductor Fernando Rojas, 28 y su esposa Daniela Sánchez (31).
Por otro lado, Juana Rojas de cuatro años de edad, por suerte resultó ilesa.
Momentos muy tensos
El agua no dejaba de caer, en el asfalto los charcos eran una generalidad y los camiones, los autos, las camionetas, todos circulaban a alta velocidad …una ruleta rusa que se inclinó por la vida, de lo contrario hubiera sido una masacre.
Los bomberos planificaban cómo sacar el cuerpo del hombre que murió y bocetaban cómo colocar las grúas para levantar el 307 que estaba invadiendo una parte del carril Rosario-Buenos Aires…y en ese trance difícil, con un vehículo tras otro desfilando por la autopista, se produjo el choque de la camioneta Peugeot con el camión Scania. Sobre la marcha, a actuar en salvataje, trasladar más heridos y hacer señas inútiles para que los conductores “fueran más despacio”.
El hombre y su momento de tomar las decisiones, el señor que había muerto quedó para un ratito más tarde, para poder auxiliar a los tres heridos de la Peugeot. El bien supremo de la vida, por sobre todas las cosas.
Cientos de vehículos por minuto, miles cada hora, el tránsito parecía endemoniado y dispuesto a producir otros accidentes en un Viernes Santo dedicado a la figura inmensa de Dios.
Los bomberos planificaban cómo sacar el cuerpo del hombre que murió y bocetaban cómo colocar las grúas para levantar el 307 que estaba invadiendo una parte del carril Rosario-Buenos Aires…y en ese trance difícil, con un vehículo tras otro desfilando por la autopista, se produjo el choque de la camioneta Peugeot con el camión Scania. Sobre la marcha, a actuar en salvataje, trasladar más heridos y hacer señas inútiles para que los conductores “fueran más despacio”.
El hombre y su momento de tomar las decisiones, el señor que había muerto quedó para un ratito más tarde, para poder auxiliar a los tres heridos de la Peugeot. El bien supremo de la vida, por sobre todas las cosas.
Cientos de vehículos por minuto, miles cada hora, el tránsito parecía endemoniado y dispuesto a producir otros accidentes en un Viernes Santo dedicado a la figura inmensa de Dios.
Camino a las desgracias
Más choques y más heridos, en una
tarde de verdadera pesadillla
tarde de verdadera pesadillla
Hasta el presente momento periodístico de las desdichas en materia de casos accidentales no estaba todo dicho. Hubo otros padecimientos en ese algo más de una hora, en que el tránsito quedó en buena medida bloqueado en los extremos mientras “en el medio” seguían chocando.
Valga insistir por lo significativo que resulta, aquello que sobre la marcha del despiste del Peugeot 307, llegó el choque de la Partner con el camión Scania.
Pero no fue todo, las cosas continuaron complicadísimas. En la observación de hoy, amortizados ya de las pasiones, todavía no llegamos a una conclusión fehaciente de porqué tantos choques en un tramo de autopista y casi a la misma hora.
Acaso la lluvia que era torrencial y se perjudicaba enormemente la visión, aunque bien dicen algunos que nunca una sola cosa decide, que hay un conjunto de elementos que alguna vez se unen y producen la potencialidad máxima de los hechos que suceden.
Pero no fue todo, las cosas continuaron complicadísimas. En la observación de hoy, amortizados ya de las pasiones, todavía no llegamos a una conclusión fehaciente de porqué tantos choques en un tramo de autopista y casi a la misma hora.
Acaso la lluvia que era torrencial y se perjudicaba enormemente la visión, aunque bien dicen algunos que nunca una sola cosa decide, que hay un conjunto de elementos que alguna vez se unen y producen la potencialidad máxima de los hechos que suceden.
A setenta metros
A setenta metros más atrás de distancia de los lugares donde se accidentaron el auto Peugeot, la camioneta Partner y el camión Scania, se produjo otra colisión de considerable magnitud.
Fue en el mismo carril Buenos Aires-Rosario, cuando chocaron un automóvil Ford, modelo Fiesta, patente DOC-444 y una camioneta cuatro por cuatro que era conducida por Susana Flamini y la acompañaba uno de sus hijos.
Flamini fue trasladada con urgencia al hospital San Felipe, ante la sospecha que al pegar contra el volante, se habría producido algún tipo de posible fractura.
No fue todo, dado que cerca de la cuatro por cuatro chocó una Hyundai sufriendo lesiones Hernán Divirgilo, domiciliado en Capital Federal.
Fue en el mismo carril Buenos Aires-Rosario, cuando chocaron un automóvil Ford, modelo Fiesta, patente DOC-444 y una camioneta cuatro por cuatro que era conducida por Susana Flamini y la acompañaba uno de sus hijos.
Flamini fue trasladada con urgencia al hospital San Felipe, ante la sospecha que al pegar contra el volante, se habría producido algún tipo de posible fractura.
No fue todo, dado que cerca de la cuatro por cuatro chocó una Hyundai sufriendo lesiones Hernán Divirgilo, domiciliado en Capital Federal.
Ruedas al cielo
Los Bomberos le habían pedido a la dotación de la zona del Campito, que cubriera cualquier incendio porque no dejaban de ocurrir accidentes en la autopista. Y ese nuevo choque se hizo presente cuando un moderno automóvil quedó “ruedas al cielo” en autopista y 188…y cuando las fuerzas se preparaban para actuar, llegó un aviso tranquilizador. “Los del auto volcado dijeron estar totalmente ilesos y que se van a arreglar con la grúa del seguro”. Comenzaba el descanso del guerrero.
Bajo una cortina de agua
La autopista, bajo una cortina de agua como estuvo ayer en las primeras horas de la tarde, es una patética invitación a la tragedia. No solo no se respetan las normas legales del tránsito que todos conocemos pero no las respetamos sino que, también, trasgredimos aquellas normas de conductas que nos harían circular con menos peligro de perder la vida en el intento. Las escobillas de los limpiaparabrisas, por ejemplo, por ahí no responden de tanta agua que cae.
Los frenos -como mínimo- rinden la mitad y en la mayoría de los casos el agua acumulada en el pavimento hace que cualquier maniobra pueda terminar en planeo y en una tragedia.
Como es posible que en tardes como la de ayer, cada vez aumenta el tránsito en vez de disminuir…a veces las maniobras que se producen son rayanas con la locura…una locura extraña, si cabe la expresión, porque cualquiera da la vida por un hijo, nieto, sobrino o cónyuye y sin embargo sumergidos en el rapto de la velocidad, a cualquiera le puede suceder que perjudica a la vida de sus seres queridos que tanto dice amar hasta lo indescriptible.
Sumemos falta de descanso, algún medicamento no en la hora oportuna, tramos largos de viaje sin estirar las piernas, mal cálculo de distancias, falla en la iluminación, neblina, adelantarse en las curvas y nada de respuesta y menos obediencia en el sentido que “de noche, todos los gatos son pardos”…lo que se relaciona a la prudencia tiene un tiempo, todo lo que se hace después de la tragedia no sirve para los protagonistas del ahora…sólo mientras hay vida hay esperanzas de una maniobra feliz y salvadora.
Los frenos -como mínimo- rinden la mitad y en la mayoría de los casos el agua acumulada en el pavimento hace que cualquier maniobra pueda terminar en planeo y en una tragedia.
Como es posible que en tardes como la de ayer, cada vez aumenta el tránsito en vez de disminuir…a veces las maniobras que se producen son rayanas con la locura…una locura extraña, si cabe la expresión, porque cualquiera da la vida por un hijo, nieto, sobrino o cónyuye y sin embargo sumergidos en el rapto de la velocidad, a cualquiera le puede suceder que perjudica a la vida de sus seres queridos que tanto dice amar hasta lo indescriptible.
Sumemos falta de descanso, algún medicamento no en la hora oportuna, tramos largos de viaje sin estirar las piernas, mal cálculo de distancias, falla en la iluminación, neblina, adelantarse en las curvas y nada de respuesta y menos obediencia en el sentido que “de noche, todos los gatos son pardos”…lo que se relaciona a la prudencia tiene un tiempo, todo lo que se hace después de la tragedia no sirve para los protagonistas del ahora…sólo mientras hay vida hay esperanzas de una maniobra feliz y salvadora.
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