Hasta hace no mucho tiempo, se trataba de una tarea sencilla. A lo sumo, era la anécdota simpática de un viaje en ruta. Pero, al parecer, pinchar hoy una rueda ya no es lo que era.
Al menos eso es lo que descubrió el propietario chileno de este Mercedes-Benz S 500, quien tras una sucesión desafortunada de pequeños inconvenientes, terminó derritiendo gran parte de su auto en su reciente visita a la Argentina.
Según pudo reconstruir Autoblog -tras tener contacto directo con el auto que se detuvo en el concesionario Junín de Mercedes-Benz- todo comenzó con un clásico pinchazo en la Ruta 7.
Fabián Cirigliano, paparazzi de Autoblog en esa localidad, se encargó de documentar lo sucedido.
Tras pinchar la rueda delantera derecha, el propietario del auto descubrió lo que muchosaveriguamos cuando ya es tarde: las ruedas de auxilio de uso temporario no están pensadas para las rutas argentinas, por el pésimo estado de conservación de los caminos y las grandes distancias hasta un centro de reparación.
Tal vez para evitar el molesto zumbido característico que hacen estas ruedas de emergencia al colocarse en el tren delantero –o tal vez para mejorar la respuesta de ladirección-, el propietario del Mercedes no tuvo mejor idea que quitar la rueda trasera derecha, colocarla adelante e instalar detrás la llanta temporaria.
Hasta aquí todo bien. La rotación de neumáticos es una práctica habitual en la mayoría de los autos modernos. Aunque no en un Mercedes-Benz con 455 caballos de fuerza, dos toneladas de peso y tracción trasera (leer crítica): en este auto, las ruedas traseras son sensiblemente más anchas que las delanteras.
Esto, al parecer, no lo percibió el conductor al reanudar la marcha.
Lo que ocurrió después es materia candente: el neumático más ancho comenzó a rozar con el amortiguador, hasta que se prendió fuego. Lo curioso es que el calor no alcanzó a reventar al neumático, pero sí fue suficiente para afectar a la delgada carrocería de aluminio del Clase S. Resultado: el guardabarros se derritió.
Los más memoriosos tal vez recuerden que, en los años ’70, algunos autos tenían un perno en la masa delantera para evitar equivocaciones. No había forma de instalar una rueda trasera en el tren delantero. “Algo así como un antibobos”, reflexionó Cirigliano.
Y tampoco hay que tener tanta memoria para recordar aquellas épocas felices en que los autos se vendían con ruedas de auxilio de verdad.
Fuente : autoblog
Al menos eso es lo que descubrió el propietario chileno de este Mercedes-Benz S 500, quien tras una sucesión desafortunada de pequeños inconvenientes, terminó derritiendo gran parte de su auto en su reciente visita a la Argentina.
Según pudo reconstruir Autoblog -tras tener contacto directo con el auto que se detuvo en el concesionario Junín de Mercedes-Benz- todo comenzó con un clásico pinchazo en la Ruta 7.
Fabián Cirigliano, paparazzi de Autoblog en esa localidad, se encargó de documentar lo sucedido.
Tras pinchar la rueda delantera derecha, el propietario del auto descubrió lo que muchosaveriguamos cuando ya es tarde: las ruedas de auxilio de uso temporario no están pensadas para las rutas argentinas, por el pésimo estado de conservación de los caminos y las grandes distancias hasta un centro de reparación.
Tal vez para evitar el molesto zumbido característico que hacen estas ruedas de emergencia al colocarse en el tren delantero –o tal vez para mejorar la respuesta de ladirección-, el propietario del Mercedes no tuvo mejor idea que quitar la rueda trasera derecha, colocarla adelante e instalar detrás la llanta temporaria.
Hasta aquí todo bien. La rotación de neumáticos es una práctica habitual en la mayoría de los autos modernos. Aunque no en un Mercedes-Benz con 455 caballos de fuerza, dos toneladas de peso y tracción trasera (leer crítica): en este auto, las ruedas traseras son sensiblemente más anchas que las delanteras.
Esto, al parecer, no lo percibió el conductor al reanudar la marcha.
Lo que ocurrió después es materia candente: el neumático más ancho comenzó a rozar con el amortiguador, hasta que se prendió fuego. Lo curioso es que el calor no alcanzó a reventar al neumático, pero sí fue suficiente para afectar a la delgada carrocería de aluminio del Clase S. Resultado: el guardabarros se derritió.
Los más memoriosos tal vez recuerden que, en los años ’70, algunos autos tenían un perno en la masa delantera para evitar equivocaciones. No había forma de instalar una rueda trasera en el tren delantero. “Algo así como un antibobos”, reflexionó Cirigliano.
Y tampoco hay que tener tanta memoria para recordar aquellas épocas felices en que los autos se vendían con ruedas de auxilio de verdad.
Fuente : autoblog
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