Según informan en LA Times, los investigadores de la oficina del Sheriff del condado de Los Angeles han llegado a la conclusión que el accidente en el Paul Walker y Roger Rodas perdieron la vida el 30 de noviembre de 2013 se debe a "una velocidad inadecuada para las condiciones de la carretera".
Según los datos recuperados por Porsche del Carrera GT, pudieron calcular que el coche iba a 93 mph (149 km/h) en una zona limitada a 45 mph (72 km/h). Los investigadores añaden que los neumáticos, viejos de 9 años, contribuyeron al accidente; no hubo fallo mecánico.
Tras el accidente los medios de comunicación generalistas no dejaron de apuntar hasta qué punto un Carrera GT es difícil de llevar, dando a entender que era incluso un coche peligroso. Evidentemente, no es el caso. Además, Roger Rodas era un experimentado piloto de competición.
Como en casi todos los accidentes no hay una única causa sino un cúmulo de acontecimientos que han llevado un trágico final. Es también un clamoroso recordatorio que el elemento más importante de un coche, el neumático, es también el más infravalorado por todos.
Una vez montado en la llanta, la vida útil de un neumático es de media de unos 5 años, siempre y cuando no presente cortes, bollos o un desgaste excesivo. Y es que las condiciones climáticas (sol, humedad) y la atmósfera (oxígeno, ozono, etc) influyen en el compuesto químico del neumático. En los casos más extremos, el neumático acaba "cristalizado", perdiendo cualquier propiedad de agarre.
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