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El equipo económico autorizará en los próximos días incrementos escalonados en el precio de los combustibles, sin que signifiquen "saltos bruscos". A cambio, obtuvo un compromiso de las empresas petroleras de aportar mayor inversión a un sector que está en estado crítico.
Así lo indicaron a LA NACION fuentes del equipo económico en un día en el que hubo reuniones en las casas de los funcionarios, pero no en el Palacio de Hacienda, que hoy volverá a ser escenario de encuentros entre los funcionarios que acaban de asumir.
El dilema más urgente se le presentó al nuevo secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, que debía decidir con el ministro Axel Kicillof qué hacer con el esquema de acuerdo de precios de las naftas que, parcialmente, impuso Guillermo Moreno hace seis meses. Este plan vence mañana y la intención del equipo económico es "no prorrogar el congelamiento, porque sería una mala señal".
En realidad, no hubo un congelamiento, sino "valores máximos" para las naftas y el gasoil desde abril, que no respetaron ni YPF ni las empresas privadas.
Por lo tanto, la intención oficial es "autorizar aumentos graduales". En las últimas 72 horas, Kicillof y otros funcionarios de su equipo se reunieron con empresas del sector petrolero.
Para el plan de liberalización gradual del precio de los combustibles Kicillof cuenta con el aporte clave de YPF, y se busca que las otras firmas sigan el mismo sendero de alzas consensuadas.
La idea, en concreto, es permitirles que realicen aumentos graduales, pero que, a cambio, se comprometan a "realizar mayores aportes de producción" en un año en el que la energía volverá a mostrar un importante déficit de comercio exterior, más allá del creciente rojo del sector turismo. "La idea es que puedan aplicar algún aumento, porque no hay intención de continuar con la estrategia de Moreno. Pero, al mismo tiempo, que no signifique un incremento fuerte porque sería una pésima señal para el comienzo de la gestión de Augusto
", explicó la fuente. Por lo tanto, habrá nuevos incrementos en los próximos meses para las naftas y el gasoil, en este contexto de ajustes que, con este nuevo equipo económico, jamás serán mencionados como tales.
En la curiosa y tensionante situación en la que Moreno sigue ejerciendo su cargo hasta el lunes próximo, el temor del equipo de Kicillof es qué jugada puede hacer el renunciante secretario de Comercio Interior. "El objetivo es que Moreno no haga nada, o si firma una resolución, que lo haga de acuerdo con las pautas instruidas por Axel", indicaron las fuentes del Palacio de Hacienda,
A contra reloj, en el diálogo con las petroleras tratan de encontrar un punto de convergencia para los intereses de ambas partes. El término que encontraron para definir este posible punto de acuerdo es "escalonamiento de precios".
De todos modos, el Gobierno no sólo debe lidiar con la presión de las petroleras, sino también con los reclamos de un mayor margen de utilidad que están planteando los dueños de estaciones de servicio, que, como en tantos otros rubros, se sienten víctimas de los acuerdos de precios negociados entre Moreno y las grandes empresas nacionales y extranjeras.
Turismo en la mira
Claro que, con la caída de las reservas en un promedio diario cercano a los US$ 200 millones, el ministro y su equipo (que esta semana se terminará de completar con la asunción de los nuevos subsecretarios) también tienen premura por anunciar nuevas medidas que busquen compensar esta sangría, que ya es seguida con mucha atención en los mercados locales e internacionales en función de los pagos de deuda de los próximos dos años.
Al respecto, Kicillof mantuvo diálogos frecuentes con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y con el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, quien esta semana enfrentará el complejo desafío de lograr quórum en la reunión de directorio el próximo jueves, luego de la salida de Pablo López para asumir como secretario de Finanzas.
"Todavía no hay una definición", aclaró la fuente, que admitió que, como ocurrió en el pasado, se analiza la posibilidad de vender en forma progresiva la cartera de bonos del Fondo de Garantía Solidario de la Anses para recomponer las reservas del BCRA. La cifra de US$ 5000 millones de este paquete sonó tranquilizadora para los analistas de Wall Street, que escucharon el viernes el regreso de este plan de Diego Bossio, que, hasta ahora, no recibió un aval político para concretarse.
La otra posibilidad la acercó el presidente de la firma Puente, Federico Tomasevich, de muy buen diálogo con el Gobierno. Consiste en retomar el esquema de licitación de Lebac en dólares del BCRA para brindarle más atractivo a este mecanismo financiero, de modo que, en forma paralela, suban las tasas de interés para los plazos fijos en dólares y los ahorristas desistan, al menos parcialmente, de seguir comprando divisas en el mercado paralelo.
Se sabe que si se anuncia alguna de estas decisiones sin avanzar en el frente externo, que queda en manos del ex ministro Hernán Lorenzino, en forma más integral el efecto podría ser efímero. Por eso Lorenzino y Kicillof acordaron el viernes en Olivos avanzar con la agenda de normalización financiera con el Club de París, bancos multilaterales y hasta la más remota posibilidad de endeudarse con el mercado una vez que se avance en la normalización de las relaciones con el FMI. El futuro jefe de la unidad de reestructuración de la deuda -que el viernes arrancó a contramano cuando fue desplazado del despacho que comenzó a armarse en el 10° piso del Palacio de Hacienda que, antes de ser ministro, solía ocupar como secretario de finanzas- también debe avanzar en la nueva reapertura del canje de la deuda para salir del default, en lo posible, a principios de 2014.
Lo que sí no está, por ahora, en carpeta es destinar otro impuesto específico para los viajes al exterior (como trascendió ayer en medios periodísticos) ni la aplicación de un dólar turista, como parte de la formalización de un desdoblamiento cambiario, que, para varios funcionarios y empresarios, sería una salida más lógica que el actual esquema mixto y confuso de varios dólares.. .
Autorizará el Gobierno aumentos escalonados en las naftas
Así lo indicaron a LA NACION fuentes del equipo económico en un día en el que hubo reuniones en las casas de los funcionarios, pero no en el Palacio de Hacienda, que hoy volverá a ser escenario de encuentros entre los funcionarios que acaban de asumir.
El dilema más urgente se le presentó al nuevo secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, que debía decidir con el ministro Axel Kicillof qué hacer con el esquema de acuerdo de precios de las naftas que, parcialmente, impuso Guillermo Moreno hace seis meses. Este plan vence mañana y la intención del equipo económico es "no prorrogar el congelamiento, porque sería una mala señal".
En realidad, no hubo un congelamiento, sino "valores máximos" para las naftas y el gasoil desde abril, que no respetaron ni YPF ni las empresas privadas.
Por lo tanto, la intención oficial es "autorizar aumentos graduales". En las últimas 72 horas, Kicillof y otros funcionarios de su equipo se reunieron con empresas del sector petrolero.
Para el plan de liberalización gradual del precio de los combustibles Kicillof cuenta con el aporte clave de YPF, y se busca que las otras firmas sigan el mismo sendero de alzas consensuadas.
La idea, en concreto, es permitirles que realicen aumentos graduales, pero que, a cambio, se comprometan a "realizar mayores aportes de producción" en un año en el que la energía volverá a mostrar un importante déficit de comercio exterior, más allá del creciente rojo del sector turismo. "La idea es que puedan aplicar algún aumento, porque no hay intención de continuar con la estrategia de Moreno. Pero, al mismo tiempo, que no signifique un incremento fuerte porque sería una pésima señal para el comienzo de la gestión de Augusto
", explicó la fuente. Por lo tanto, habrá nuevos incrementos en los próximos meses para las naftas y el gasoil, en este contexto de ajustes que, con este nuevo equipo económico, jamás serán mencionados como tales. En la curiosa y tensionante situación en la que Moreno sigue ejerciendo su cargo hasta el lunes próximo, el temor del equipo de Kicillof es qué jugada puede hacer el renunciante secretario de Comercio Interior. "El objetivo es que Moreno no haga nada, o si firma una resolución, que lo haga de acuerdo con las pautas instruidas por Axel", indicaron las fuentes del Palacio de Hacienda,
A contra reloj, en el diálogo con las petroleras tratan de encontrar un punto de convergencia para los intereses de ambas partes. El término que encontraron para definir este posible punto de acuerdo es "escalonamiento de precios".
De todos modos, el Gobierno no sólo debe lidiar con la presión de las petroleras, sino también con los reclamos de un mayor margen de utilidad que están planteando los dueños de estaciones de servicio, que, como en tantos otros rubros, se sienten víctimas de los acuerdos de precios negociados entre Moreno y las grandes empresas nacionales y extranjeras.
Turismo en la mira
Claro que, con la caída de las reservas en un promedio diario cercano a los US$ 200 millones, el ministro y su equipo (que esta semana se terminará de completar con la asunción de los nuevos subsecretarios) también tienen premura por anunciar nuevas medidas que busquen compensar esta sangría, que ya es seguida con mucha atención en los mercados locales e internacionales en función de los pagos de deuda de los próximos dos años.
Al respecto, Kicillof mantuvo diálogos frecuentes con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y con el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, quien esta semana enfrentará el complejo desafío de lograr quórum en la reunión de directorio el próximo jueves, luego de la salida de Pablo López para asumir como secretario de Finanzas.
"Todavía no hay una definición", aclaró la fuente, que admitió que, como ocurrió en el pasado, se analiza la posibilidad de vender en forma progresiva la cartera de bonos del Fondo de Garantía Solidario de la Anses para recomponer las reservas del BCRA. La cifra de US$ 5000 millones de este paquete sonó tranquilizadora para los analistas de Wall Street, que escucharon el viernes el regreso de este plan de Diego Bossio, que, hasta ahora, no recibió un aval político para concretarse.
La otra posibilidad la acercó el presidente de la firma Puente, Federico Tomasevich, de muy buen diálogo con el Gobierno. Consiste en retomar el esquema de licitación de Lebac en dólares del BCRA para brindarle más atractivo a este mecanismo financiero, de modo que, en forma paralela, suban las tasas de interés para los plazos fijos en dólares y los ahorristas desistan, al menos parcialmente, de seguir comprando divisas en el mercado paralelo.
Se sabe que si se anuncia alguna de estas decisiones sin avanzar en el frente externo, que queda en manos del ex ministro Hernán Lorenzino, en forma más integral el efecto podría ser efímero. Por eso Lorenzino y Kicillof acordaron el viernes en Olivos avanzar con la agenda de normalización financiera con el Club de París, bancos multilaterales y hasta la más remota posibilidad de endeudarse con el mercado una vez que se avance en la normalización de las relaciones con el FMI. El futuro jefe de la unidad de reestructuración de la deuda -que el viernes arrancó a contramano cuando fue desplazado del despacho que comenzó a armarse en el 10° piso del Palacio de Hacienda que, antes de ser ministro, solía ocupar como secretario de finanzas- también debe avanzar en la nueva reapertura del canje de la deuda para salir del default, en lo posible, a principios de 2014.
Lo que sí no está, por ahora, en carpeta es destinar otro impuesto específico para los viajes al exterior (como trascendió ayer en medios periodísticos) ni la aplicación de un dólar turista, como parte de la formalización de un desdoblamiento cambiario, que, para varios funcionarios y empresarios, sería una salida más lógica que el actual esquema mixto y confuso de varios dólares.. .
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