Poco a poco, va tomando su forma final en el taller. Entre el polvo que flota en el aire, bajo unos pocos rayos de sol que se meten desde el techo, crece día a día entre la presión del calendario que se acerca a la fecha límite y el impulso de los apasionados por los fierros. Allí está, entre chispazos, surgiendo desde la Costa argentina y con la misión de "dar la vuelta" en el rally Dakar que se viene y que –desde el 1 de enero en Mar del Plata- llevará a máquinas y pilotos a una extenuante aventura con final en la Plaza de Armas de Lima, Perú. Es "La Estanciera", el vehículo con simbología, materiales y mano de obra nacional que usará el piloto Miguel Santorelli para enfrentar esta cuarta edición del rally en América.
"La Estanciera", tal como la definen sus dueños, tiene un chasis tubular y suspensiones made in Necochea. Su jaula antivuelco también fue creada en la Costa. Su motor es un Ford 221 SP. Y la carrocería es de fibra de vidrio, marca Potro, fabricada en Mar del Plata. Allí también será pintada y ploteada. También tiene aportes porteños: preparación del motor por Julio Pardo (Villa Devoto) y electrónica de Alberto González (corrió la última edición del Dakar, en enero de 2011) en Olivos. "Industria argentina, pasión argentina", es la definición de este equipo que se le animará al rally más exigente.
Con el número 454, competirá en la clase T1, división nafteros, 4x4 con eje rígido. Sus suspensiones están limitadas por reglamento a un máximo de 30 centímetros de recorrido, ya que cuenta con diferencial adelante y atrás (contra otros vehículos típicos del Dakar que tienen suspensión independiente en cada rueda). Clarín.com habló con Santorelli, un hombre que se apasiona con los autos, las carreras de off road y que compitió en el Campeonato Nacional de Safari CDA. "Desde el día que descubrí el Dakar por los medios me atrapó. Acompañé un amigo (a González) que lo corrió el año pasado. Cuando llegamos a Arica (Chile), tomé la decisión de comenzar a trabajar para 2012, porque ví equipos amateurs, pequeños, con pocos recursos, y eso me animó", cuenta el piloto que estará acompañado por Daniel Crova.
Todavía a la caza de auspiciantes, de apoyo tanto de empresas privadas como de los gobiernos locales, Santorelli basa su experiencia en los diez años que corrió el Safari Provincial y Nacional, atravesando médanos y barro en todo el país. El acompañar la caravana del Dakar el año pasado le permitió entender que es una carrera para "no salir a fondo, sino pensando la competencia como algo de 24 horas por día, 15 días, con un gran peso de la parte mental".
Así, se lanzó junto a su gente a encarar este proyecto que busca, desde su mecánica y su idea madre, llevar al Dakar una camioneta que identifique a los "costeros". "Muchos tuvimos nuestra primera experiencia en 4x4 en un Willy, Jeep o Estanciera. Y creemos que es posible hacerlo con nuestros vehículos, nuestros mecánicos y nuestros chapistas. Y porque creo que de alguna manera es una reafirmación de la identidad nacional, que nos enorgullece. Ojalá podamos transmitir, aunque sea un poquito, ese sentimiento", relata Santorelli, revelando la esencia de su idea.
-¿Cómo se imaginan el Dakar?
- Me lo imagino al tranquito, pero llegando. Atento que tengo 230HP en el acelerador. Cuando se los pidamos, ella los va a poner. Estamos pensando la carrera todo el tiempo. Para nosotros la competición arrancó hace unos cuantos meses cuando decidimos participar y tomarnos el desafió de armar el Jeep. Lo más lindo está muy cerca, queremos disfrutarlo al máximo y en esta primera experiencia el objetivo es llegar a Lima.
-¿Cuáles creen que son sus fortalezas y cuáles sus debilidades?
- Tenemos un vehículo muy fuerte, la moral muy alta y, creo, un buen entendimiento sobre cómo "jugar" el Dakar. En cuanto a las debilidades, aunque costearnos con nuestros propios recursos nos da cierta independencia, también significa que hay cosas que por el momento no tenemos, como más repuestos, asistencia en el viaje... Pero estamos trabajando para tratar de conseguir gente que confíe en nosotros y nos apoye. Vamos a poner todo de nosotros para festejar en Lima el último día.
"Esto es industria argentina. Son fierros que doblamos nosotros, con mano de obra nuestra, con nuestros propios sueños. Representamos al tallerista de barrio. Y también es una forma de apostar por la gente de acá, por revalorizar el oficio de mecánico que se está perdiendo", cuenta Santorelli. Auténtico espíritu argentino, más una máquina impulsada por la pasión, a la conquista de las dunas y paisajes de los más difíciles del continente.
Imagenes:
Fuente: Clarin
"La Estanciera", tal como la definen sus dueños, tiene un chasis tubular y suspensiones made in Necochea. Su jaula antivuelco también fue creada en la Costa. Su motor es un Ford 221 SP. Y la carrocería es de fibra de vidrio, marca Potro, fabricada en Mar del Plata. Allí también será pintada y ploteada. También tiene aportes porteños: preparación del motor por Julio Pardo (Villa Devoto) y electrónica de Alberto González (corrió la última edición del Dakar, en enero de 2011) en Olivos. "Industria argentina, pasión argentina", es la definición de este equipo que se le animará al rally más exigente.
Con el número 454, competirá en la clase T1, división nafteros, 4x4 con eje rígido. Sus suspensiones están limitadas por reglamento a un máximo de 30 centímetros de recorrido, ya que cuenta con diferencial adelante y atrás (contra otros vehículos típicos del Dakar que tienen suspensión independiente en cada rueda). Clarín.com habló con Santorelli, un hombre que se apasiona con los autos, las carreras de off road y que compitió en el Campeonato Nacional de Safari CDA. "Desde el día que descubrí el Dakar por los medios me atrapó. Acompañé un amigo (a González) que lo corrió el año pasado. Cuando llegamos a Arica (Chile), tomé la decisión de comenzar a trabajar para 2012, porque ví equipos amateurs, pequeños, con pocos recursos, y eso me animó", cuenta el piloto que estará acompañado por Daniel Crova.
Todavía a la caza de auspiciantes, de apoyo tanto de empresas privadas como de los gobiernos locales, Santorelli basa su experiencia en los diez años que corrió el Safari Provincial y Nacional, atravesando médanos y barro en todo el país. El acompañar la caravana del Dakar el año pasado le permitió entender que es una carrera para "no salir a fondo, sino pensando la competencia como algo de 24 horas por día, 15 días, con un gran peso de la parte mental".
Así, se lanzó junto a su gente a encarar este proyecto que busca, desde su mecánica y su idea madre, llevar al Dakar una camioneta que identifique a los "costeros". "Muchos tuvimos nuestra primera experiencia en 4x4 en un Willy, Jeep o Estanciera. Y creemos que es posible hacerlo con nuestros vehículos, nuestros mecánicos y nuestros chapistas. Y porque creo que de alguna manera es una reafirmación de la identidad nacional, que nos enorgullece. Ojalá podamos transmitir, aunque sea un poquito, ese sentimiento", relata Santorelli, revelando la esencia de su idea.
-¿Cómo se imaginan el Dakar?
- Me lo imagino al tranquito, pero llegando. Atento que tengo 230HP en el acelerador. Cuando se los pidamos, ella los va a poner. Estamos pensando la carrera todo el tiempo. Para nosotros la competición arrancó hace unos cuantos meses cuando decidimos participar y tomarnos el desafió de armar el Jeep. Lo más lindo está muy cerca, queremos disfrutarlo al máximo y en esta primera experiencia el objetivo es llegar a Lima.
-¿Cuáles creen que son sus fortalezas y cuáles sus debilidades?
- Tenemos un vehículo muy fuerte, la moral muy alta y, creo, un buen entendimiento sobre cómo "jugar" el Dakar. En cuanto a las debilidades, aunque costearnos con nuestros propios recursos nos da cierta independencia, también significa que hay cosas que por el momento no tenemos, como más repuestos, asistencia en el viaje... Pero estamos trabajando para tratar de conseguir gente que confíe en nosotros y nos apoye. Vamos a poner todo de nosotros para festejar en Lima el último día.
"Esto es industria argentina. Son fierros que doblamos nosotros, con mano de obra nuestra, con nuestros propios sueños. Representamos al tallerista de barrio. Y también es una forma de apostar por la gente de acá, por revalorizar el oficio de mecánico que se está perdiendo", cuenta Santorelli. Auténtico espíritu argentino, más una máquina impulsada por la pasión, a la conquista de las dunas y paisajes de los más difíciles del continente.
Imagenes:
Fuente: Clarin
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