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cierran jardin por fantasma una de gasparin

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  • cierran jardin por fantasma una de gasparin

    Jardín de infantes de Boedo alojó a un fantasma

    Por SEBASTIAN ARANGUREN
    Un jardín de infantes privado del barrio de Boedo alojó durante varios años, hasta que cerró sus puertas, la presencia espectral de un espíritu en erraticidad que aterró primero a los chiquitos que concurrían al lugar y posteriormente a sus maestras y autoridades, con una sucesión de apariciones y hechos inexplicables que ahora vieron la luz gracias al relato de una de las testigos del increíble fenómeno.
    Si bien en su momento no trascendieron detalles de la escalofriante cadena de episodios paranormales que tuvieron por escenario el jardín de infantes situado en avenida Pavón y José Mármol, los hechos ahora revelados por una de las maestras en exclusiva a EXPEDIENTES SECRETOS ocurrieron a mitad de los 90, poco tiempo antes que las socias del kindergarden decidieran poner punto final a la actividad.
    Los extraños hechos, aunque en su máxima expresión tuvieron lugar hace 14 años, fueron recreados por una de las maestras jardineras que por entonces daba sus primeros pasos en la actividad y que hoy reside en Avellaneda, donde rememoró las vivencia a las que, dijo, “nunca le encontré explicación”.
    “Chucitas” era el nombre del jardín de infantes donde según Karina, el nombre de pila con el que esta joven mujer aceptó ser entrevistada para la nota, tuvieron lugar las manifestaciones del fantasma de un hombre de rostro difuso y que aparecía suspendido en el aire.
    Sin embargo, no fueron esas las únicas experiencias extrañas sucedidas en el inmueble ubicado exactamente en avenida Pavón 4088, a metros de José Mármol, donde también tenían lugar fenómenos tales como imprevistas corrientes de aire, objetos que se movían solos, luminosidades imprevistas y ruidos.
    Los niños, primero
    “Nunca me voy a explicar que era lo que pasaba en ese jardín ni mucho menos la situación que vivencié cuando -contó a EXPEDIENTES SECRETOS- una tarde me encontré frente a esa extraña presencia que los chiquitos decían ver y que las maestras pensábamos cuando nos lo contaban que era una alucinación”.
    Justamente fueron los nenes del jardín quienes primero tomaron contacto con la presencia, a la que veían “sin que aquello que señalaban siempre cerca del techo de la salita que ocupaban -dijo Karina- pudiera ser percibido por ninguno de los adultos que los acompañaban”.
    ‘Seño, ahí hay un hombre en el techo y se va a caer’ advertían a las maestras y auxiliares los pequeños de la sala de cuatro cuando eran testigos por entonces exclusivos de algo anormal que, por ende, comentaban a la vuelta a sus cosas con sus padres quienes así empezaron a inquietarse por esos relatos.
    Lo que los chiquitos veían era un hombre alto, vestido de blanco y oscuro que lucía una boina negra, exactamente la misma fisonomía de aquello que supo helar la sangre adulta de las docentes cuando al poco tiempo empezaron a toparse con el mismo fantasma. Evidentemente no era la alucinación de un chico “contagiada” a otros tal como las maestras intentaban calmar a los papis.
    La salita del miedo
    Karina no olvidará mientras viva lo que ocurrió en la penumbra de una tarde cuando estaba cerrando el jardín. En el fondo, donde había una pequeña huerta que servía para acercar a los chicos a la naturaleza, un extraño destello le hizo pensar que una luz había quedado encendida.
    Al llegar al lugar, Karina tenía frente a sí la figura del hombre de boina suspendido sobre un cantero, con un rostro como desdibujado que no permitía distinguir facciones y que bien podrían ser las de un anciano si la mujer hubiera mantenido un poco más la mirada sobre el fantasma antes de huir, lógicamente, espantada.
    Con el tiempo, otras maestras y asistentes fueron objeto de la situación, algunas por partida doble como la propia Karina que una tarde, en el baño, vio reflejada ese rostro distorsionado sobre el espejo situado sobre el lavabo. Pero no era todo.
    La habitación destinada para que los chiquitos durmieran la siesta también era ámbito de otra anomalía: por razones de seguridad el cuarto no contaba con una ventana pero inexplicablemente siempre era surcado por una brisa fría y fuerte que lograba alterar la tranquilidad del personal.
    Más aun cuando dentro si se quiere del mismo fenómeno paranormal, las camperas de los chiquitos que estaban colgadas de un perchero que enigmáticamente “era movida por efecto de una corriente muy intensa pero, en rigor -rememoró Karina- era como si una mano invisible las tocara de una a la vez”.
    “Nunca me voy a explicar de qué fui testigo” afirmó la mujer aun conmocionada por aquella serie de hechos que el jueves pasado, junto a su marido y su pequeño hijo, exorcizó través del relato de la historia del jardín de infante “Chucitas”, identificado por esos días en su ingreso con la simpática imagen de un espantapájaros de pelos erizados como coincidente expresión del terror allí enquistado.


    Asociaron el espectro con un geriátrico que funcionó allí
    La única posible explicación encontrada tras una paciente investigación de maestras y propietarias del jardín de infantes a los fenómenos allí sucedidos, vinculan los hechos paranormales con un geriátrico que funcionó en el lugar unos años antes que llegara el preescolar.
    El detalle singular es que la zona del jardín de infantes donde más se manifestaba la presencia espectral, era el área oportunamente destinada por los dueños del geriátrico para los abuelos en estado terminal.
    Previo al kindergarden había funcionado en el inmueble -que hoy sigue en pié y habitado- consultorios médicos, sin que haya constancia de experiencias sobrenaturales como las reseñadas por las docentes que a fines de los noventa finalmente cerró sus puertas.
    Uno de los hechos más increíble ocurrido en el jardín tuvo de protagonista a una de las directoras que al mejor estilo película de terror, una noche decidió quedarse a dormir en el jardín para evitar, como solía hacerlo, a un largo viaje de retorno a su casa. El fantasma y todos sus recursos terroríficos no faltaron a la cita.
    Especialista define el caso como experiencia aparicional
    El titular del Instituto de Psicología Paranormal, Alejandro Parra, consideró que no existen alucinaciones colectivas como las que pudieron haber experimentado los chiquitos del jardín de infantes de esta historia, dado que se trata de un fenómeno “puramente individual”.
    Parra sostuvo que para rearmar el caso que tuvo lugar hace más de diez años, resultaría valioso contar con más testimonios que permitieran definir mejor el alcance del episodio que ubicó en el rubro de “experiencia aparicional.”
    El investigador, que es psicólogo, apuntó el caso del fantasma del jardín de infantes de Boedo “es extraño e interesante” y asoció el vínculo establecido entre los episodios y un geriátrico anterior a “a que las experiencias aparicionales se dan en lugares donde hay gran carga emocional”.
    “En los hospitales, por ejemplo, y más aún en las terapias intensivas suele observarse la tendencia de pacientes a estadíos de conciencia que permiten registrar determinada situación”, sostuvo el experto, para quien también el “estrés laboral” lleva a detectar “ciertas señales”.
    Hechos frecuentes de espíritus errantes
    La investigadora en fenómenos paranormales Alena Persaldi afirmó que la experiencia registrada en su momento en el jardín de infantes de Boedo, conforma dentro de las anomalía de este tipo un episodio “frecuente” que tiene que ver con “los espíritus en erraticidad”.
    Persaldi señaló a EXPEDIENTES SECRETOS que esos espíritus son “errantes”, es decir que “están ni con la luz ni con la oscuridad” y si bien no encuadran en la categoría de “bajo astral” lo que significaría la posibilidad de una energía negativa, “están, se niegan a aceptar que no son parte de la vida que conocieron y asustan”.
    Persaldi insistió que como episodio paranormal el relato de la docente “no es extraño” por más características sobrenaturales que encierre y puso como ejemplo lo que ocurrió en su momento en un tradicional restaurante de la calle Balcarce, en San Telmo, donde uno de estos espíritus errantes “aterrorizaba al personal de cocina”.

  • #2
    Respuesta: cierran jardin por fantasma una de gasparin


    a quien vas a llamar!!!!

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    • #3
      Respuesta: cierran jardin por fantasma una de gasparin

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      • #4
        Respuesta: cierran jardin por fantasma una de gasparin

        Originally posted by el Tito View Post
        JAJAUAJUUAJJUAJAJAJUAUAJAJAJJAJAJUAJJAJUAJAJAJAJJU A

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        • #5
          Respuesta: cierran jardin por fantasma una de gasparin

          falta el negro! jaja

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          • #6
            Respuesta: cierran jardin por fantasma una de gasparin

            Katerina de CHANESSSSSSSSSSSSSSSSS !! jajaj o.O

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            • #7
              Respuesta: cierran jardin por fantasma una de gasparin

              psssssss vo deci q es verdad...no se,yo no creo en esas giladas...q t puede hacer el chovi ese si esta muerto,mas q inchar las pelotas apareciendo y desapareciendo no puede hacer,entonces q tanto miedo...yo estando ahi y apareciera el fantasma le diria q hace negro,veni sentate vamo a tomar unos mate...tomas con azucar vos o chuker?? ja ni bola al fiambre volador

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              • #8
                Respuesta: cierran jardin por fantasma una de gasparin

                lo que yono termino de entender...es porque en las pelis los espiritus estan todos podridos y sin ojos...loco si se mueren tiene que uqeda lo que...quedo...

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                • #9
                  Respuesta: cierran jardin por fantasma una de gasparin

                  Jajajaja. En mi colegio, en las calderas se escuchaban ruido a cadenas y nunca lo cerraron!!

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