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Bruno, sobrino del mítico Ayrton Senna, probó por primera vez un auto de la máxima categoría del automovilismo mundial. Fue un Honda y la intención es que reemplace a Barrichello en 2009
Ayrton Senna dejó una estela en la Fórmula Uno y sus pasos son recogidos, a casi 15 años de la trágica muerte, nada menos que por su sobrino Bruno, quien hoy se subió por primera vez a un Honda con las aspiraciones de ganarse una butaca para 2009.
El piloto brasileño debutó en Barcelona, más precisamente en el circuito de Montmeló, donde varias escuderías se dieron cita para probar algunos de los cambios que marcarán la próxima temporada. Habrá que esperar para ver resultados: hoy terminó 15º sobre un total de 17 autos en pista y a casi 3 segundos y medio de la punta, que quedó en manos del japonés Takuma Sato.
Bruno Senna no es lo que puede llamarse "una joven promesa": con 25 años, su tardía llegada a la máxima categoría del automovilismo mundial tiene mucho que ver con el peso de su apellido y los negocios publicitarios que puede generar.
De hecho Honda no fue la única escudería que lo tentó. También estuvo tras sus pasos Toro Rosso, aunque su director, el ex piloto Gerhard Berger -contemporáneo de Ayrton y amigo de la familia Senna- no quiso mezclar afectos con trabajo. El propio Bruno lo sabe: "Es mi padrino. Pero no me dará una oportunidad si no me ve preparado. Montmeló será decisivo para mí".
No obstante, pese a todos los sentimientos encontrados que genera su convocatoria, el hijo de Viviane, la hermana de Ayrton, puede mostrar orgulloso el subcampeonato obtenido este año en la GP2 Series, con dos victorias y cinco podios. Y es un momento oportuno para pensar en la posibilidad del gran salto ante la inminente baja de Rubens Barrichello, de 36 años, que dejará una vacante en el equipo Honda.
"Creo que estoy preparado para dar el salto. Me han dicho que conducir un F-1 es más fácil que un GP2, sobre todo porque la dirección es más suave. Quiero hacer un buen entrenamiento y dar el salto. Estos días serán decisivos para mí", se ilusionaba Senna en la previa.
El tiempo, que en rigor no le sobra, dirá si el entusiasta Bruno puede lograr que el apellido Senna se mantenga ligado al éxito, el carisma y el talento.
Ayrton Senna dejó una estela en la Fórmula Uno y sus pasos son recogidos, a casi 15 años de la trágica muerte, nada menos que por su sobrino Bruno, quien hoy se subió por primera vez a un Honda con las aspiraciones de ganarse una butaca para 2009.
El piloto brasileño debutó en Barcelona, más precisamente en el circuito de Montmeló, donde varias escuderías se dieron cita para probar algunos de los cambios que marcarán la próxima temporada. Habrá que esperar para ver resultados: hoy terminó 15º sobre un total de 17 autos en pista y a casi 3 segundos y medio de la punta, que quedó en manos del japonés Takuma Sato.
Bruno Senna no es lo que puede llamarse "una joven promesa": con 25 años, su tardía llegada a la máxima categoría del automovilismo mundial tiene mucho que ver con el peso de su apellido y los negocios publicitarios que puede generar.
De hecho Honda no fue la única escudería que lo tentó. También estuvo tras sus pasos Toro Rosso, aunque su director, el ex piloto Gerhard Berger -contemporáneo de Ayrton y amigo de la familia Senna- no quiso mezclar afectos con trabajo. El propio Bruno lo sabe: "Es mi padrino. Pero no me dará una oportunidad si no me ve preparado. Montmeló será decisivo para mí".
No obstante, pese a todos los sentimientos encontrados que genera su convocatoria, el hijo de Viviane, la hermana de Ayrton, puede mostrar orgulloso el subcampeonato obtenido este año en la GP2 Series, con dos victorias y cinco podios. Y es un momento oportuno para pensar en la posibilidad del gran salto ante la inminente baja de Rubens Barrichello, de 36 años, que dejará una vacante en el equipo Honda.
"Creo que estoy preparado para dar el salto. Me han dicho que conducir un F-1 es más fácil que un GP2, sobre todo porque la dirección es más suave. Quiero hacer un buen entrenamiento y dar el salto. Estos días serán decisivos para mí", se ilusionaba Senna en la previa.
El tiempo, que en rigor no le sobra, dirá si el entusiasta Bruno puede lograr que el apellido Senna se mantenga ligado al éxito, el carisma y el talento.
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