Re: Como ven el Pais?
Para los que dicen que la "pesada herencia" es un verso, seguimos pagando las cagadas del kakismo
http://www.lanacion.com.ar/2046171-e...por-aerolineas
El Ciadi condenó al Estado a pagar US$ 320 millones por Aerolíneas
El tribunal arbitral del Banco Mundial consideró que la expropiación, en 2008, causó daños a Marsans ya que no se pagó por el valor que tenía entonces
Diego Cabot
LA NACION
SÁBADO 22 DE JULIO DE 2017
A la cuenta de los subsidios, Aerolíneas tendrá que sumar ahora otra suma abultada.
En el mundo del derecho privado existe el beneficio de inventario, una manera de aceptar una herencia por la cual los herederos no se hacen cargo con su patrimonio de las deudas del fallecido. En el derecho público eso no pasa y los gobiernos heredan al anterior.
El Estado argentino tendrá que pagar por las formas y los actos de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. A última hora de anoche, el tribunal arbitral del Banco Mundial (Ciadi, según las siglas en inglés) condenó al Estado argentino a desembolsar más de US$ 320 millones, más intereses, al grupo español Marsans por los daños que le infringió cuando -en 2008- expropió Aerolíneas Argentinas, Austral, Aerohanding, Optar y Jet Paq.
En el Gobierno esperaban novedades ya que el 25 de enero de este año, el tribunal arbitral se dio un plazo de 180 días para dictar el laudo. Cuidadosos de los tiempos, los árbitros decidieron en tiempo y forma. Anoche, la comunicación llegó a los abogados del Estado.
El Ciadi dijo que "el demandado incumplió el artículo IV del Tratado al no haber entregado a las demandantes un trato justo y equitativo de sus inversiones". Además, citó otros artículos referidos a la violación por parte de la Argentina del tratado de protección de inversiones.
En un laudo de más de 500 páginas, el tribunal condenó al país a pagar 23,76 millones de dólares más intereses a los demandantes en conceptos de compensación por los daños causados por la expropiación.
El pase de manos de Aerolíneas se realizó en medio de fuertes polémicas. El gobierno kirchnerista tomó la empresa y mandó un proyecto para declararla de interés público. Esa ley le entregó facultades al Ministerio de Planificación para que sea el ejecutor del Congreso.
Con amplia mayoría, tanto diputados como senadores aprobaron el proyecto. Luego se pidió al Tribunal de Tasaciones de la Nación que valuara los activos. Ese trabajo entregó un valor negativo de 832 millones de dólares, muy lejos de los 600 millones de dólares que decía Marsans que valía el grupo de compañías.
Como las partes no se pusieron de acuerdo, poco después de la estatización se inició un juicio. Entonces, el Estado depositó un peso como valor simbólico y se hizo de la empresa. Pocos días antes de la primera audiencia en el Ciadi, el juez en lo Contencioso Administrativo Federal Enrique Lavié Pico reconoció el derecho del Estado a la expropiación de acciones de las empresas Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas, que en 2008 estaban en poder de la firma Interinvest Sociedad Anónima.
En ese expediente se tomó como válido el trabajo que hizo en 2008 el Tribunal de Tasación de la Nación y que estableció que al momento de la estatización las sociedades anónimas Optar, Jet Paq, Aero Handling, Aerolíneas Argentinas y Austral tenían un valor negativo de 3275 millones de pesos, equivalentes a 949,4 millones de dólares.
El Estado tomó el control de la empresa y colocó primero como presidente a Julio Alak y, después, a Mariano Recalde.
Finalmente el Ciadi ubicó la vara más cerca de lo que pedía Marsans que de lo que estableció aquel Tribunal de Tasaciones.
El juicio empezó formalmente el 3 de marzo de 2014 cuando arrancaron las audiencias en el Banco Mundial. Fueron 15 días que terminaron con los alegatos de cada una de las partes.
Poco después de aquella batería de audiencias en Washington, la defensa de la Argentina, comandada por la procuradora general del Tesoro, Angelina Abbona, y la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), denunciaron a Marsans por vender el reclamo en el Ciadi a un fondo llamado Burford Capital.
"Marsans reclamó al Ciadi alegando perjuicios que habían sufrido por trato injusto y tiene un reclamo por más de 1400 millones de dólares. En realidad, el grupo Marsans es un deudor de la Argentina al haber dejado en una situación tan ruinosa a Aerolíneas Argentinas", dijo Abbona entonces.
La Argentina transitó el proceso de defensa con varios argumentos complicados de probar. El primero es que en varias oportunidades confundió la naturaleza jurídica de la empresa. Por caso, Aerolíneas Argentinas, más allá de la relación directa que tiene con el mundo aeronáutico del país, era un empresa privada, una sociedad anónima, no una concesión de servicio público. Por poner un ejemplo, desde el punto de vista jurídico no tiene diferencia con el status de Lan Argentina. Por lo tanto, la desinversión afectaba en principio a los dueños.
Respecto de la venta a un fondo, es una de las prácticas más comunes en este tipo de reclamos.
Ahora a la cuenta de US$ 678 millones anuales en subsidios que recibió en promedio Aerolínes desde 2009 a 2015 habrá que adicionarle unos US$ 350 millones más. Será la hora de pagar la herencia de los sueños aéreos del kirchnerismo.
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es por ahi, por fin alguien se da cuenta.
http://www.lanacion.com.ar/2046150-a...mas-ingenieros
Alejandro Finocchiaro: "Hay que formar menos abogados y más ingenieros"
El flamante ministro de Educación nacional, que reemplazó a Esteban Bullrich, adelantó los puntos de su gestión; hasta la semana pasada, estaba al frente de la cartera en la provincia
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Luciana Vázquez
PARA LA NACION
SÁBADO 22 DE JULIO DE 2017
Alejandro Finocchiaro, flamante ministro de Educación nacional. Foto: LA NACION / Alejandro Guyot
Obtuvo su maestría en Educación por la Universidad de San Andrés con una tesis sobre la autonomía universitaria. Por aquel trabajo, el nuevo ministro de Educación nacional, Alejandro Finocchiaro, mereció un diez. El mundo universitario le resulta cercano. Y se le nota cuando lo analiza. Fluye cuando expone la realidad del sistema universitario y su rol estratégico; se lo nota menos cómodo cuando habla de pedagogía y escuela media.
"La gratuidad universitaria en un punto es regresiva pero arancelar también lo es", plantea. O señala: "El kirchnerismo degradó las instituciones de este país y la universidad fue parte de ese proceso". "Hay que formar menos abogados y contadores y más ingenieros y enfermeros", afirma sobre el rumbo estratégico de la enseñanza universitaria.
A Finocchiaro le gusta pensar la educación como una sucesión de edificios que recorre un individuo, el último, el edificio universitario. Los docentes de argentina no llegan generalmente a ese recinto pero el ministro los recorrió todos, hasta el último: el ministro es abogado por la UBA y tiene también un doctorado en Historia por la Universidad del Salvador. Es profesor adjunto de la UBA y titular en Derecho en la Universidad de La Matanza, donde fue decano.
Más notas para entender este tema
Revisan el plan para construir jardines
Alejandro Finocchiaro: "Los gremios se apropiaron de la escuela pública y se instaló esta escuela pública que no genera incentivos para la mejora"
A partir de tu tesis de maestría, hizo un libro, UBA contra el Estado Nacional. Un estudio sobre la autonomía universitaria. El título lleva el nombre del expediente en el cual la UBA litigó por la Ley de Educación Superior
"Soy un firme creyente en la autonomía universitaria -explica Finocchiaro-. Es la autonomía la que le ha permitido a las universidades resistir en épocas difíciles cuando se atentaba contra el pluralismo, que es la esencia de ser de la universidad. Pero la autonomía por su propia definición tiene un ordenamiento jurídico superior que de alguna manera la limita y condiciona porque si no, sería soberanía. Esa es mi tesis central".
Número 2 de la gestión educativa de Esteban Bullrich en CABA hasta el triunfo de Cambiemos a nivel nacional. Con el triunfo de María Eugenia Vidal en provincia de Buenos Aires, Finocchiaro se convirtió en su ministro de Educación hasta el lunes último, cuando asumió en reemplazo de Bullrich a nivel nacional. Viene de enfrentar el embate del sindicalismo docente liderado por Roberto "Roby" Baradel en provincia de Buenos Aires. Finocchiario está convencido de que a esa "batalla cultura", uno de los conceptos que más usará durante la entrevista, la ganó Cambiemos.
De los desafíos de la universidad, que a partir de la llegada de Finocchiaro al ministerio nacional deberá enfrentar la nueva secretaria de Políticas Universitarias, Danya Tavela, que reemplazará a Albord Nicky Cantard, que deja el cargo para encabezar la lista de candidatos de Cambiemos en Santa Fe. De las cuentas pendientes en la formación de los docentes. De la "batalla cultural" que quiere dar para que el estado recupere el rumbo de la educación pública. Y de los planes, algunos truncos, de la política educativa de Cambiemos. De todo eso también habló con LANACION este abogado que dice así para describir su compromiso con el macrismo: "Acompaño a Mauricio (Macri) desde el año 2003. Desde cuando perdíamos".
-La autonomía y la autarquía universitaria tuvieron efectos colaterales durante el kirchnerismo. Me refiero a los hechos de corrupción que involucraron a las universidades. ¿Es una consecuencia estructural de la autonomía universitaria?
-Todo lo contrario. Esto pasó básicamente durante el kirchenrismo. Cuando hubo rispideces con la universidad en el gobierno de (Carlos) Menem, tuvo que ceder y fue merced a la autonomía. Cuando el gobierno del presidente (Fernando) De la Rúa intentó recortar en un 5% el presupuesto universitario, le costó la renuncia a su ministro de Economía y fue merced a la autonomía. El kirchnerismo degradó todas las instituciones de este país y la universidad fue parte de ese proceso. La UBA por su importancia estratégica resistió más que otras. Se beneficiaba muchísimo a las universidades que permitían que se avasallara su autonomía. Por eso tenemos que ir hacia un proceso en el que las universidades vuelvan a recuperar su calidad institucional que bajó con el kirchnerismo. La autonomía tiene que estar enmarcada dentro de gobiernos saludablemente democráticos.
-El arancelamiento universitario es un tema tabú en Argentina pero de hecho, una medida de gratuidad generalizada es regresiva en términos sociales, es como el IVA. ¿Hay alguna idea de establecer un financiamiento de ese tipo?
-El tema del arancel y del ingreso irrestricto o no son discusiones de más de 50 años y que no son conducentes. La gratuidad en un punto es regresiva pero arancelar también lo es. Tenemos que poner el foco en tratar de que el sueño de ir a la universidad pueda ser para todos los argentinos, también para la gente de menores recursos. Tenemos que trabajar reordenando el sistema universitario, estableciendo un sistema de becas que induzca a los chicos a estudiar carreras en áreas de conocimiento vacante, que son las que necesitan el sistema productivo argentino. Hay que formar menos abogados y contadores y más ingenieros y enfermeros.
-¿Cuál es, en 2017, el rol del ministro y del ministerio de Educación nacional? Ya no quiere participar de la discusión paritaria, no tiene escuelas ni docentes a su cargo y las universidades subrayan su autonomía.
-El ministerio de educación de la Nación debe promover grandes líneas pedagógicas en todo lo que haga a la calidad educativa y a la formación inicial de los docentes y acordarlas con las provincias. Y por otro lado, está el sistema universitario que sí depende directamente de nación donde respetando la autonomía de las universidades, tenemos que lograr que las universidades sean cada vez mejores.
-¿Cuáles son esas grandes líneas pedagógicas con las que se está avanzando?
-Por ejemplo, a través del INFOD (Instituto Nacional de Formación Docente), en la formación inicial de los docentes.
-El INFOD está a cargo de dos especialistas destacadas, Cecilia Veleda como directora ejecutiva y Florencia Mezzadra como vicedirectora. ¿Van a seguir en su gestión?
-Sí, van a continuar. Están haciendo un trabajo magnífico.
-¿Qué trabajo están haciendo puntualmente?
-Están trabajando en la estructuración de una nueva manera de formar inicialmente a los docentes con los institutos de formación docente de todo el país. Lo mismo con la capacitación docente. A través del sitio educ.ar estamos incorporando tecnología tanto en la formación y la capacitación. Ahora tenemos chicos que tienen capacidades para generar conocimientos. El docente debe planificar, debe facilitar, colaborar para que estos chicos puedan producir este conocimiento del mismo modo en que se produce y se trabaja ahora, en forma interdisciplinar, colaborativa.
-Veleda y Mezzadra son autoras de una investigación para CIPPEC de 2014 sobre la formación docente en Argentina. Unos de los datos preocupantes que muestran es la dispersión de la formación en casi 1500 institutos y en unas 60 carreras universitarias y la dificultad para generar una calidad docente alta y uniforme. ¿Van a cerrar institutos o darles un nuevo sentido?
-Me quedo con la frase "darle un nuevo sentido". No se van a cerrar institutos. Tenemos que ver cómo se está formando y qué es lo que necesita curricularmente un profesor de matemática, por ejemplo, para formarse. Hay falta de docentes en ciertas carreras y lo estamos estudiando con cada provincia. Vamos a ver en qué carreras docentes debemos no abrir la inscripción durante un año para abrirla en otras carreras donde se necesiten docentes. Como estado tenemos la misión de planificar todo eso. Cecilia (Veleda) ha trabajado en un mapa a nivel nacional.
-El trabajo de Veleda y Mezzadra también muestra que el capital cultural, por sus pertenencia social y sus trayectorias educativas, es muy bajo entre los alumnos de los institutos de formación docente. ¿Cuál es la mirada sobre ese problema?
-Con respecto al capital cultural de las personas que entran a estudiar la carrera docente, es una preocupación que alcanza a todo el sector de la educación superior tanto no universitaria como universitaria. En algunos casos, el 60 por ciento de los chicos que entran a cualquier universidad, en septiembre ya han ha dejado la universidad. Yo soy profesor en dos universidades en materias de primer año y veo que lo que falta es capital cultural, comprensión de texto, que es tremenda, o la imposibilidad de hacer operaciones matemáticas básicas. Nuestro sistema de educación superior no puede ni debe "secundarizarse" más.
-¿Qué quiere decir "secundarizarse"?
-Es un gran problema que no ha sido ni programado ni digitado desde el estado: muchos profesores han comenzado hace muchos años a bajar el nivel de sus clases para que los alumnos los entiendan. No ha sido ni el famoso "siga siga" de la época de (Daniel) Scioli en la provincia de Buenos Aires, que hacía pasar a los chicos a partir de una decisión política. Ha sido algo espontáneo por parte de los profesores: como hablaban en un idioma que los alumnos no entendían, empezaban a bajar el nivel del idioma o la calidad de la bibliografía, entonces resulta que uno no encuentra mucha diferencia entre un texto de primer año de la universidad con uno de tercer año de la secundaria. La universidad es el último edificio de una carrera académica: no hay nada más alto. El problema no está en la universidad si no que está en otro lado. Desde la secretaría de innovación educativa se está trabajando en lo que llamamos la escuela 2030, que es la escuela a la que queremos llegar, que tiene que tener la forma de estudiar, de enseñar, de aprender la forma del siglo xxi y no la del siglo xix.
-¿Cuáles son las características principales de esa escuela deseable?
-Básicamente sacar la lógica de materias y trabajar por grandes áreas de conocimiento que interactúen. También, un nuevo régimen académico. El operativo Aprender demostró algo que muchísimos ya sospechábamos: que la repitencia no sirve para nada. Hoy un chico de escuela media tiene que repetir todas las materias previas, incluso aquellas en las que le fue muy bien. Queremos proponer algo más parecido a la lógica del sistema universitario. Trabajar con el chico en las áreas que le cuestan pero no que vuelva a hacer lo que ya aprobó. Una escuela inclusiva es aquella donde un chico aprende. Si no, es una estafa: el chico entra a los 4 años en el nivel inicial, lo tenemos hasta los 18 supuestamente incluido, no le enseñamos nada y a partir de los 18, lo excluimos de la vida.
-Usted hablaba de los distintos edificios que uno recorre educativamente: la gran mayoría de los docentes no llegan al último edificio, el universitario. ¿Hay algún proyecto que plantee la exigencia de que el docente tenga título universitario?
-No sé si el docente debe tener título universitario. Sí creo que debe estar formado como un buen docente. Si me preguntás si me gustaría, sí, creo que la universidad tiene mucho para dar en la formación docente. Lo que tenemos que hacer es generar incentivos positivos. Hoy la carrera docente no genera ningún tipo de incentivo positivo para la mejora. Si vas a trabajar, está bueno; si no vas, quizás te lo descuentan pero no siempre. Si sos un buen docente, con el paso del tiempo vas a ganar más plata. Si sos un mal docente, también. Si terminaste una licenciatura universitaria o tenés una maestría o un doctorado, no vas a ganar más plata. En muchas jurisdicciones te conviene más hacer algún curso que venda una empresa privada o que dicte algún gremio porque llegás al mismo puntaje que te da un doctorado. Y los incentivos que hay son perversos: un docente a los 42 años ya tiene el máximo de la actividad docente y todavía le quedan 20 años para jubilarse y sabe que no va a tener ningún aumento de sueldo, más allá de los paritarios. ¿Qué va a hacer? Tratará de ser directivo. Y a lo mejor estamos sacando un gran docente del aula y estamos teniendo un mal director.
-¿Piensa poner en el centro de sus batallas culturales alguna medida de productividad en el sentido de medida de calidad de ese trabajo docente?
-Estoy a favor de premiar al que va siempre, al que se capacita, al que más estudia, a los que tienen proyectos innovadores. No estoy a favor de medir a los docentes por productividad porque creo que sería injusto. Finalmente todo se reduce a números y un gran docente del conurbano bonaerense, por ejemplo, con chicos que tienen problemas de pobreza estructural, de abuso, quizás no logra tener en el operativo Aprender los mismos resultados que un maestro de una zona más favorecida. Y sin embargo ese docente del conurbano a lo mejor es mucho mejor que el otro y lo estás condenando y es injusto.
-La estadística tiene una manera de salvar esa injusticia midiendo el valor agregado del docente en relación a su propio objetivo y no en relación al de otro, midiendo la diferencia marginal que aporta a sus alumnos.
-En educación es muy difícil medirlo. Es más fácil en una fábrica de tornillo, donde todos los años sacás los mismos tornillos. En educación, la cohorte de alumnos del año anterior es muy distinta a la del próximo. A los docentes le tenemos que pedir que tengan vocación, que vayan a dar clases, que eduquen, que se capaciten, que en el secundario un profesor además tenga una maestría.
-No se ve una política agresiva que plantee la posesión de un título universitario. Tampoco niveles salariales altos que cambien la percepción social de la docencia. ¿Cómo piensa prestigiar la profesión docente?
-Hay mitos que han quedado instalados. Hoy en la provincia de Buenos Aires, el salario promedio docente ha quedado en alrededor de 23.300 pesos. A fin de septiembre el salario inicial para un cargo de maestro sin hijos será de 12.150 pesos. Un ingeniero recién recibido que entra a una empresa no gana mucho más que eso.
Para los que dicen que la "pesada herencia" es un verso, seguimos pagando las cagadas del kakismo
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El Ciadi condenó al Estado a pagar US$ 320 millones por Aerolíneas
El tribunal arbitral del Banco Mundial consideró que la expropiación, en 2008, causó daños a Marsans ya que no se pagó por el valor que tenía entonces
Diego Cabot
LA NACION
SÁBADO 22 DE JULIO DE 2017
A la cuenta de los subsidios, Aerolíneas tendrá que sumar ahora otra suma abultada.
En el mundo del derecho privado existe el beneficio de inventario, una manera de aceptar una herencia por la cual los herederos no se hacen cargo con su patrimonio de las deudas del fallecido. En el derecho público eso no pasa y los gobiernos heredan al anterior.
El Estado argentino tendrá que pagar por las formas y los actos de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. A última hora de anoche, el tribunal arbitral del Banco Mundial (Ciadi, según las siglas en inglés) condenó al Estado argentino a desembolsar más de US$ 320 millones, más intereses, al grupo español Marsans por los daños que le infringió cuando -en 2008- expropió Aerolíneas Argentinas, Austral, Aerohanding, Optar y Jet Paq.
En el Gobierno esperaban novedades ya que el 25 de enero de este año, el tribunal arbitral se dio un plazo de 180 días para dictar el laudo. Cuidadosos de los tiempos, los árbitros decidieron en tiempo y forma. Anoche, la comunicación llegó a los abogados del Estado.
El Ciadi dijo que "el demandado incumplió el artículo IV del Tratado al no haber entregado a las demandantes un trato justo y equitativo de sus inversiones". Además, citó otros artículos referidos a la violación por parte de la Argentina del tratado de protección de inversiones.
En un laudo de más de 500 páginas, el tribunal condenó al país a pagar 23,76 millones de dólares más intereses a los demandantes en conceptos de compensación por los daños causados por la expropiación.
El pase de manos de Aerolíneas se realizó en medio de fuertes polémicas. El gobierno kirchnerista tomó la empresa y mandó un proyecto para declararla de interés público. Esa ley le entregó facultades al Ministerio de Planificación para que sea el ejecutor del Congreso.
Con amplia mayoría, tanto diputados como senadores aprobaron el proyecto. Luego se pidió al Tribunal de Tasaciones de la Nación que valuara los activos. Ese trabajo entregó un valor negativo de 832 millones de dólares, muy lejos de los 600 millones de dólares que decía Marsans que valía el grupo de compañías.
Como las partes no se pusieron de acuerdo, poco después de la estatización se inició un juicio. Entonces, el Estado depositó un peso como valor simbólico y se hizo de la empresa. Pocos días antes de la primera audiencia en el Ciadi, el juez en lo Contencioso Administrativo Federal Enrique Lavié Pico reconoció el derecho del Estado a la expropiación de acciones de las empresas Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas, que en 2008 estaban en poder de la firma Interinvest Sociedad Anónima.
En ese expediente se tomó como válido el trabajo que hizo en 2008 el Tribunal de Tasación de la Nación y que estableció que al momento de la estatización las sociedades anónimas Optar, Jet Paq, Aero Handling, Aerolíneas Argentinas y Austral tenían un valor negativo de 3275 millones de pesos, equivalentes a 949,4 millones de dólares.
El Estado tomó el control de la empresa y colocó primero como presidente a Julio Alak y, después, a Mariano Recalde.
Finalmente el Ciadi ubicó la vara más cerca de lo que pedía Marsans que de lo que estableció aquel Tribunal de Tasaciones.
El juicio empezó formalmente el 3 de marzo de 2014 cuando arrancaron las audiencias en el Banco Mundial. Fueron 15 días que terminaron con los alegatos de cada una de las partes.
Poco después de aquella batería de audiencias en Washington, la defensa de la Argentina, comandada por la procuradora general del Tesoro, Angelina Abbona, y la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), denunciaron a Marsans por vender el reclamo en el Ciadi a un fondo llamado Burford Capital.
"Marsans reclamó al Ciadi alegando perjuicios que habían sufrido por trato injusto y tiene un reclamo por más de 1400 millones de dólares. En realidad, el grupo Marsans es un deudor de la Argentina al haber dejado en una situación tan ruinosa a Aerolíneas Argentinas", dijo Abbona entonces.
La Argentina transitó el proceso de defensa con varios argumentos complicados de probar. El primero es que en varias oportunidades confundió la naturaleza jurídica de la empresa. Por caso, Aerolíneas Argentinas, más allá de la relación directa que tiene con el mundo aeronáutico del país, era un empresa privada, una sociedad anónima, no una concesión de servicio público. Por poner un ejemplo, desde el punto de vista jurídico no tiene diferencia con el status de Lan Argentina. Por lo tanto, la desinversión afectaba en principio a los dueños.
Respecto de la venta a un fondo, es una de las prácticas más comunes en este tipo de reclamos.
Ahora a la cuenta de US$ 678 millones anuales en subsidios que recibió en promedio Aerolínes desde 2009 a 2015 habrá que adicionarle unos US$ 350 millones más. Será la hora de pagar la herencia de los sueños aéreos del kirchnerismo.
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es por ahi, por fin alguien se da cuenta.
http://www.lanacion.com.ar/2046150-a...mas-ingenieros
Alejandro Finocchiaro: "Hay que formar menos abogados y más ingenieros"
El flamante ministro de Educación nacional, que reemplazó a Esteban Bullrich, adelantó los puntos de su gestión; hasta la semana pasada, estaba al frente de la cartera en la provincia
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Luciana Vázquez
PARA LA NACION
SÁBADO 22 DE JULIO DE 2017
Alejandro Finocchiaro, flamante ministro de Educación nacional. Foto: LA NACION / Alejandro Guyot
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Obtuvo su maestría en Educación por la Universidad de San Andrés con una tesis sobre la autonomía universitaria. Por aquel trabajo, el nuevo ministro de Educación nacional, Alejandro Finocchiaro, mereció un diez. El mundo universitario le resulta cercano. Y se le nota cuando lo analiza. Fluye cuando expone la realidad del sistema universitario y su rol estratégico; se lo nota menos cómodo cuando habla de pedagogía y escuela media.
"La gratuidad universitaria en un punto es regresiva pero arancelar también lo es", plantea. O señala: "El kirchnerismo degradó las instituciones de este país y la universidad fue parte de ese proceso". "Hay que formar menos abogados y contadores y más ingenieros y enfermeros", afirma sobre el rumbo estratégico de la enseñanza universitaria.
A Finocchiaro le gusta pensar la educación como una sucesión de edificios que recorre un individuo, el último, el edificio universitario. Los docentes de argentina no llegan generalmente a ese recinto pero el ministro los recorrió todos, hasta el último: el ministro es abogado por la UBA y tiene también un doctorado en Historia por la Universidad del Salvador. Es profesor adjunto de la UBA y titular en Derecho en la Universidad de La Matanza, donde fue decano.
Más notas para entender este tema
Revisan el plan para construir jardines
Alejandro Finocchiaro: "Los gremios se apropiaron de la escuela pública y se instaló esta escuela pública que no genera incentivos para la mejora"
A partir de tu tesis de maestría, hizo un libro, UBA contra el Estado Nacional. Un estudio sobre la autonomía universitaria. El título lleva el nombre del expediente en el cual la UBA litigó por la Ley de Educación Superior
"Soy un firme creyente en la autonomía universitaria -explica Finocchiaro-. Es la autonomía la que le ha permitido a las universidades resistir en épocas difíciles cuando se atentaba contra el pluralismo, que es la esencia de ser de la universidad. Pero la autonomía por su propia definición tiene un ordenamiento jurídico superior que de alguna manera la limita y condiciona porque si no, sería soberanía. Esa es mi tesis central".
Número 2 de la gestión educativa de Esteban Bullrich en CABA hasta el triunfo de Cambiemos a nivel nacional. Con el triunfo de María Eugenia Vidal en provincia de Buenos Aires, Finocchiaro se convirtió en su ministro de Educación hasta el lunes último, cuando asumió en reemplazo de Bullrich a nivel nacional. Viene de enfrentar el embate del sindicalismo docente liderado por Roberto "Roby" Baradel en provincia de Buenos Aires. Finocchiario está convencido de que a esa "batalla cultura", uno de los conceptos que más usará durante la entrevista, la ganó Cambiemos.
De los desafíos de la universidad, que a partir de la llegada de Finocchiaro al ministerio nacional deberá enfrentar la nueva secretaria de Políticas Universitarias, Danya Tavela, que reemplazará a Albord Nicky Cantard, que deja el cargo para encabezar la lista de candidatos de Cambiemos en Santa Fe. De las cuentas pendientes en la formación de los docentes. De la "batalla cultural" que quiere dar para que el estado recupere el rumbo de la educación pública. Y de los planes, algunos truncos, de la política educativa de Cambiemos. De todo eso también habló con LANACION este abogado que dice así para describir su compromiso con el macrismo: "Acompaño a Mauricio (Macri) desde el año 2003. Desde cuando perdíamos".
-La autonomía y la autarquía universitaria tuvieron efectos colaterales durante el kirchnerismo. Me refiero a los hechos de corrupción que involucraron a las universidades. ¿Es una consecuencia estructural de la autonomía universitaria?
-Todo lo contrario. Esto pasó básicamente durante el kirchenrismo. Cuando hubo rispideces con la universidad en el gobierno de (Carlos) Menem, tuvo que ceder y fue merced a la autonomía. Cuando el gobierno del presidente (Fernando) De la Rúa intentó recortar en un 5% el presupuesto universitario, le costó la renuncia a su ministro de Economía y fue merced a la autonomía. El kirchnerismo degradó todas las instituciones de este país y la universidad fue parte de ese proceso. La UBA por su importancia estratégica resistió más que otras. Se beneficiaba muchísimo a las universidades que permitían que se avasallara su autonomía. Por eso tenemos que ir hacia un proceso en el que las universidades vuelvan a recuperar su calidad institucional que bajó con el kirchnerismo. La autonomía tiene que estar enmarcada dentro de gobiernos saludablemente democráticos.
-El arancelamiento universitario es un tema tabú en Argentina pero de hecho, una medida de gratuidad generalizada es regresiva en términos sociales, es como el IVA. ¿Hay alguna idea de establecer un financiamiento de ese tipo?
-El tema del arancel y del ingreso irrestricto o no son discusiones de más de 50 años y que no son conducentes. La gratuidad en un punto es regresiva pero arancelar también lo es. Tenemos que poner el foco en tratar de que el sueño de ir a la universidad pueda ser para todos los argentinos, también para la gente de menores recursos. Tenemos que trabajar reordenando el sistema universitario, estableciendo un sistema de becas que induzca a los chicos a estudiar carreras en áreas de conocimiento vacante, que son las que necesitan el sistema productivo argentino. Hay que formar menos abogados y contadores y más ingenieros y enfermeros.
-¿Cuál es, en 2017, el rol del ministro y del ministerio de Educación nacional? Ya no quiere participar de la discusión paritaria, no tiene escuelas ni docentes a su cargo y las universidades subrayan su autonomía.
-El ministerio de educación de la Nación debe promover grandes líneas pedagógicas en todo lo que haga a la calidad educativa y a la formación inicial de los docentes y acordarlas con las provincias. Y por otro lado, está el sistema universitario que sí depende directamente de nación donde respetando la autonomía de las universidades, tenemos que lograr que las universidades sean cada vez mejores.
-¿Cuáles son esas grandes líneas pedagógicas con las que se está avanzando?
-Por ejemplo, a través del INFOD (Instituto Nacional de Formación Docente), en la formación inicial de los docentes.
-El INFOD está a cargo de dos especialistas destacadas, Cecilia Veleda como directora ejecutiva y Florencia Mezzadra como vicedirectora. ¿Van a seguir en su gestión?
-Sí, van a continuar. Están haciendo un trabajo magnífico.
-¿Qué trabajo están haciendo puntualmente?
-Están trabajando en la estructuración de una nueva manera de formar inicialmente a los docentes con los institutos de formación docente de todo el país. Lo mismo con la capacitación docente. A través del sitio educ.ar estamos incorporando tecnología tanto en la formación y la capacitación. Ahora tenemos chicos que tienen capacidades para generar conocimientos. El docente debe planificar, debe facilitar, colaborar para que estos chicos puedan producir este conocimiento del mismo modo en que se produce y se trabaja ahora, en forma interdisciplinar, colaborativa.
-Veleda y Mezzadra son autoras de una investigación para CIPPEC de 2014 sobre la formación docente en Argentina. Unos de los datos preocupantes que muestran es la dispersión de la formación en casi 1500 institutos y en unas 60 carreras universitarias y la dificultad para generar una calidad docente alta y uniforme. ¿Van a cerrar institutos o darles un nuevo sentido?
-Me quedo con la frase "darle un nuevo sentido". No se van a cerrar institutos. Tenemos que ver cómo se está formando y qué es lo que necesita curricularmente un profesor de matemática, por ejemplo, para formarse. Hay falta de docentes en ciertas carreras y lo estamos estudiando con cada provincia. Vamos a ver en qué carreras docentes debemos no abrir la inscripción durante un año para abrirla en otras carreras donde se necesiten docentes. Como estado tenemos la misión de planificar todo eso. Cecilia (Veleda) ha trabajado en un mapa a nivel nacional.
-El trabajo de Veleda y Mezzadra también muestra que el capital cultural, por sus pertenencia social y sus trayectorias educativas, es muy bajo entre los alumnos de los institutos de formación docente. ¿Cuál es la mirada sobre ese problema?
-Con respecto al capital cultural de las personas que entran a estudiar la carrera docente, es una preocupación que alcanza a todo el sector de la educación superior tanto no universitaria como universitaria. En algunos casos, el 60 por ciento de los chicos que entran a cualquier universidad, en septiembre ya han ha dejado la universidad. Yo soy profesor en dos universidades en materias de primer año y veo que lo que falta es capital cultural, comprensión de texto, que es tremenda, o la imposibilidad de hacer operaciones matemáticas básicas. Nuestro sistema de educación superior no puede ni debe "secundarizarse" más.
-¿Qué quiere decir "secundarizarse"?
-Es un gran problema que no ha sido ni programado ni digitado desde el estado: muchos profesores han comenzado hace muchos años a bajar el nivel de sus clases para que los alumnos los entiendan. No ha sido ni el famoso "siga siga" de la época de (Daniel) Scioli en la provincia de Buenos Aires, que hacía pasar a los chicos a partir de una decisión política. Ha sido algo espontáneo por parte de los profesores: como hablaban en un idioma que los alumnos no entendían, empezaban a bajar el nivel del idioma o la calidad de la bibliografía, entonces resulta que uno no encuentra mucha diferencia entre un texto de primer año de la universidad con uno de tercer año de la secundaria. La universidad es el último edificio de una carrera académica: no hay nada más alto. El problema no está en la universidad si no que está en otro lado. Desde la secretaría de innovación educativa se está trabajando en lo que llamamos la escuela 2030, que es la escuela a la que queremos llegar, que tiene que tener la forma de estudiar, de enseñar, de aprender la forma del siglo xxi y no la del siglo xix.
-¿Cuáles son las características principales de esa escuela deseable?
-Básicamente sacar la lógica de materias y trabajar por grandes áreas de conocimiento que interactúen. También, un nuevo régimen académico. El operativo Aprender demostró algo que muchísimos ya sospechábamos: que la repitencia no sirve para nada. Hoy un chico de escuela media tiene que repetir todas las materias previas, incluso aquellas en las que le fue muy bien. Queremos proponer algo más parecido a la lógica del sistema universitario. Trabajar con el chico en las áreas que le cuestan pero no que vuelva a hacer lo que ya aprobó. Una escuela inclusiva es aquella donde un chico aprende. Si no, es una estafa: el chico entra a los 4 años en el nivel inicial, lo tenemos hasta los 18 supuestamente incluido, no le enseñamos nada y a partir de los 18, lo excluimos de la vida.
-Usted hablaba de los distintos edificios que uno recorre educativamente: la gran mayoría de los docentes no llegan al último edificio, el universitario. ¿Hay algún proyecto que plantee la exigencia de que el docente tenga título universitario?
-No sé si el docente debe tener título universitario. Sí creo que debe estar formado como un buen docente. Si me preguntás si me gustaría, sí, creo que la universidad tiene mucho para dar en la formación docente. Lo que tenemos que hacer es generar incentivos positivos. Hoy la carrera docente no genera ningún tipo de incentivo positivo para la mejora. Si vas a trabajar, está bueno; si no vas, quizás te lo descuentan pero no siempre. Si sos un buen docente, con el paso del tiempo vas a ganar más plata. Si sos un mal docente, también. Si terminaste una licenciatura universitaria o tenés una maestría o un doctorado, no vas a ganar más plata. En muchas jurisdicciones te conviene más hacer algún curso que venda una empresa privada o que dicte algún gremio porque llegás al mismo puntaje que te da un doctorado. Y los incentivos que hay son perversos: un docente a los 42 años ya tiene el máximo de la actividad docente y todavía le quedan 20 años para jubilarse y sabe que no va a tener ningún aumento de sueldo, más allá de los paritarios. ¿Qué va a hacer? Tratará de ser directivo. Y a lo mejor estamos sacando un gran docente del aula y estamos teniendo un mal director.
-¿Piensa poner en el centro de sus batallas culturales alguna medida de productividad en el sentido de medida de calidad de ese trabajo docente?
-Estoy a favor de premiar al que va siempre, al que se capacita, al que más estudia, a los que tienen proyectos innovadores. No estoy a favor de medir a los docentes por productividad porque creo que sería injusto. Finalmente todo se reduce a números y un gran docente del conurbano bonaerense, por ejemplo, con chicos que tienen problemas de pobreza estructural, de abuso, quizás no logra tener en el operativo Aprender los mismos resultados que un maestro de una zona más favorecida. Y sin embargo ese docente del conurbano a lo mejor es mucho mejor que el otro y lo estás condenando y es injusto.
-La estadística tiene una manera de salvar esa injusticia midiendo el valor agregado del docente en relación a su propio objetivo y no en relación al de otro, midiendo la diferencia marginal que aporta a sus alumnos.
-En educación es muy difícil medirlo. Es más fácil en una fábrica de tornillo, donde todos los años sacás los mismos tornillos. En educación, la cohorte de alumnos del año anterior es muy distinta a la del próximo. A los docentes le tenemos que pedir que tengan vocación, que vayan a dar clases, que eduquen, que se capaciten, que en el secundario un profesor además tenga una maestría.
-No se ve una política agresiva que plantee la posesión de un título universitario. Tampoco niveles salariales altos que cambien la percepción social de la docencia. ¿Cómo piensa prestigiar la profesión docente?
-Hay mitos que han quedado instalados. Hoy en la provincia de Buenos Aires, el salario promedio docente ha quedado en alrededor de 23.300 pesos. A fin de septiembre el salario inicial para un cargo de maestro sin hijos será de 12.150 pesos. Un ingeniero recién recibido que entra a una empresa no gana mucho más que eso.
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