Re: Como ven el Pais?
15/07/2015 - 01:05
Según la UCA, hay 11 millones de pobres y la tasa es de 28,7%
La pobreza creció por tercer año consecutivo. Y está muy por encima del 4,7% que informó Cristina ante la FAO en junio. Del total, dos millones son indigentes.
En los últimos tres años hubo un incremento sostenido de la pobreza que a fines de 2014 afectó al 28,7% de la población urbana. Esto equivale a 11 millones de personas, de las cuales 2 millones son indigentes, es decir, no lograr cubrir el costo de una canasta básica de alimentos. Así surge de un informe elaborado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina que dio a conocer ayer la Universidad Católica Argentina (UCA).
El trabajo mide la pobreza y la indigencia según la evolución de índices privados de inflación (como el que releva la ex directora de precios del INDEC, Graciela Bevacqua) en lugar de comparar contra los datos oficiales. Así, surge que la pobreza aumentó 1,3 puntos porcentuales contra la medición de 2013. Según explicó Agustín Salvia, investigador jefe del Observatorio, “esta tendencia de la pobreza, que no se detiene pese a que se estén aumentando los planes sociales, tiene como principal motor el factor inflacionario y la falta de creación de empleo”.
Para calcular la canasta que determina la línea de pobreza, el estudio de la UCA estimó que una familia tipo necesita al menos tener ingresos por $ 5.717 mensuales para comprar la Canasta Básica Total (CBT) no oficial. La cifra es más del doble de los $ 2.026 pesos que calcula el INDEC. Para no caer en la indigencia, en cambio, la Canasta Básica de Alimentos (CBA) fue calculada en $ 2.735.
Los datos de estas condiciones socioeconómicas de la población adquieren relevancia, en primer lugar, porque el INDEC dejó de medir la pobreza desde la segunda mitad del 2013. Y además porque el 28,7% informado por el Observatorio de la UCA difiere sustancialmente de la última medición oficial que ubicó la pobreza en apenas 4,7%.
Esta cifra, a su vez, fue avalada por la presidenta Cristina Fernández, en junio, ante la FAO y pocas horas después, el jefe de Gabinete Aníbal Fernández también las refrendó al asegurar que la Argentina tenía “menos pobres que Alemania”.
A su turno, el ministro de Economía, Axel Kicillof, también minimizó la importancia del dato de pobreza y que su medición significaba “estigmatizar” a los pobres.
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Sobre este punto, al ser consultada su opinión, Salvia reconoció que hay muchas mediciones de pobreza. “Es cierto, pero no por eso hay que dejar de medirla”, opinó.
De todas maneras, el coordinador del trabajo dijo que los números de la UCA no buscan polemizar con la falta de estadísticas oficiales, sino ofrecer datos “más reales” para promover políticas públicas a fin de atender las “injusticias sociales”.
Más allá de las diferencias, ambas mediciones, tanto la oficial medida a través de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) como la EDSA, marcan un aumento de la situación de pobreza, aclaró.
“La pobreza por ingresos está entre 20 y 29% motivada por la alta inflación y el deterioro de los ingresos”, resumió Salvia.
Según la encuesta, la cantidad de pobres pasó del 24,7% de la población urbana en 2011 al 28,7%, en 2014. En tanto, la indigencia también registró un aumento al pasar del 5,4% en 2013 al 6,4% en 2014.
“A pesar de que los programas de transferencias de ingresos (planes sociales) ayudaron a que no se sumergiera más gente en la indigencia”, aclaró Salvia.
Actualmente el 26% de los hogares en la Argentina cobra algún tipo de plan. En 2010, esa proporción era del 20%.
“Los planes sociales están bien focalizados, pero sólo logran cubrir la tasa de indigencia básica”, indicó Salvia.
Por otro lado, el incremento de la incidencia de esos planes sociales en los hogares argentinos está mostrando la “debilidad que tiene el mercado de trabajo” para proveer de ingresos que permitan a los trabajadores dejar de disponer de la asistencia directa del Estado.
El informe se presentó ayer en la sede de la UCA en Puerto Madero. Cuenta con una nutrida información sociológica que permite desmenuzar aún más las condiciones de vida de la población.
Este año, según explicó Salvia, se incluyeron tres tipos de mediciones de pobreza e indigencia: la primera está referida a “la inseguridad alimentaria” y a las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). La segunda, mide un mínimo de bienestar por ingresos, y la tercera combina ambos métodos desde un enfoque de los derechos de los ciudadanos. En este sentido, por ejemplo, se pudo concluir que en 2014 un 16,9% de los hogares experimentó falta de acceso a los servicios públicos, un 21,8% a una vivienda digna, un 24,6% a servicios educativos y un 26,3% a un empleo y seguridad social.
La Encuesta de la Deuda Social Argentina se realiza desde el año 2010 con un relevamiento de 5.700 hogares, que abarca un total de 14 o 15 mil personas en 25 aglomerados urbanos, con especial representación en el área Metropolitana de Buenos Aires.
15/07/2015 - 01:05
Según la UCA, hay 11 millones de pobres y la tasa es de 28,7%
La pobreza creció por tercer año consecutivo. Y está muy por encima del 4,7% que informó Cristina ante la FAO en junio. Del total, dos millones son indigentes.
En los últimos tres años hubo un incremento sostenido de la pobreza que a fines de 2014 afectó al 28,7% de la población urbana. Esto equivale a 11 millones de personas, de las cuales 2 millones son indigentes, es decir, no lograr cubrir el costo de una canasta básica de alimentos. Así surge de un informe elaborado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina que dio a conocer ayer la Universidad Católica Argentina (UCA).
El trabajo mide la pobreza y la indigencia según la evolución de índices privados de inflación (como el que releva la ex directora de precios del INDEC, Graciela Bevacqua) en lugar de comparar contra los datos oficiales. Así, surge que la pobreza aumentó 1,3 puntos porcentuales contra la medición de 2013. Según explicó Agustín Salvia, investigador jefe del Observatorio, “esta tendencia de la pobreza, que no se detiene pese a que se estén aumentando los planes sociales, tiene como principal motor el factor inflacionario y la falta de creación de empleo”.
Para calcular la canasta que determina la línea de pobreza, el estudio de la UCA estimó que una familia tipo necesita al menos tener ingresos por $ 5.717 mensuales para comprar la Canasta Básica Total (CBT) no oficial. La cifra es más del doble de los $ 2.026 pesos que calcula el INDEC. Para no caer en la indigencia, en cambio, la Canasta Básica de Alimentos (CBA) fue calculada en $ 2.735.
Los datos de estas condiciones socioeconómicas de la población adquieren relevancia, en primer lugar, porque el INDEC dejó de medir la pobreza desde la segunda mitad del 2013. Y además porque el 28,7% informado por el Observatorio de la UCA difiere sustancialmente de la última medición oficial que ubicó la pobreza en apenas 4,7%.
Esta cifra, a su vez, fue avalada por la presidenta Cristina Fernández, en junio, ante la FAO y pocas horas después, el jefe de Gabinete Aníbal Fernández también las refrendó al asegurar que la Argentina tenía “menos pobres que Alemania”.
A su turno, el ministro de Economía, Axel Kicillof, también minimizó la importancia del dato de pobreza y que su medición significaba “estigmatizar” a los pobres.
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Sobre este punto, al ser consultada su opinión, Salvia reconoció que hay muchas mediciones de pobreza. “Es cierto, pero no por eso hay que dejar de medirla”, opinó.
De todas maneras, el coordinador del trabajo dijo que los números de la UCA no buscan polemizar con la falta de estadísticas oficiales, sino ofrecer datos “más reales” para promover políticas públicas a fin de atender las “injusticias sociales”.
Más allá de las diferencias, ambas mediciones, tanto la oficial medida a través de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) como la EDSA, marcan un aumento de la situación de pobreza, aclaró.
“La pobreza por ingresos está entre 20 y 29% motivada por la alta inflación y el deterioro de los ingresos”, resumió Salvia.
Según la encuesta, la cantidad de pobres pasó del 24,7% de la población urbana en 2011 al 28,7%, en 2014. En tanto, la indigencia también registró un aumento al pasar del 5,4% en 2013 al 6,4% en 2014.
“A pesar de que los programas de transferencias de ingresos (planes sociales) ayudaron a que no se sumergiera más gente en la indigencia”, aclaró Salvia.
Actualmente el 26% de los hogares en la Argentina cobra algún tipo de plan. En 2010, esa proporción era del 20%.
“Los planes sociales están bien focalizados, pero sólo logran cubrir la tasa de indigencia básica”, indicó Salvia.
Por otro lado, el incremento de la incidencia de esos planes sociales en los hogares argentinos está mostrando la “debilidad que tiene el mercado de trabajo” para proveer de ingresos que permitan a los trabajadores dejar de disponer de la asistencia directa del Estado.
El informe se presentó ayer en la sede de la UCA en Puerto Madero. Cuenta con una nutrida información sociológica que permite desmenuzar aún más las condiciones de vida de la población.
Este año, según explicó Salvia, se incluyeron tres tipos de mediciones de pobreza e indigencia: la primera está referida a “la inseguridad alimentaria” y a las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). La segunda, mide un mínimo de bienestar por ingresos, y la tercera combina ambos métodos desde un enfoque de los derechos de los ciudadanos. En este sentido, por ejemplo, se pudo concluir que en 2014 un 16,9% de los hogares experimentó falta de acceso a los servicios públicos, un 21,8% a una vivienda digna, un 24,6% a servicios educativos y un 26,3% a un empleo y seguridad social.
La Encuesta de la Deuda Social Argentina se realiza desde el año 2010 con un relevamiento de 5.700 hogares, que abarca un total de 14 o 15 mil personas en 25 aglomerados urbanos, con especial representación en el área Metropolitana de Buenos Aires.
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