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para que salieron a jugar? le hubieran dado los puntos directamente... ni delanteros pusieron... tristisimo... y encima los hinchas diciendo que quieren que pierda su club...
acaba de terminar el partido recien paraaaaaa ya estan llorando los del rojo??? si se van a la b es por que no le ganan a nadie
el post lo hice antes que finalice el partido porque se noto a la legua que se dejaron ganar. hizo el gol quilmes y los 2 equipos hacian tiempo, incluso el que iba perdiendo, nunca visto.
el post lo hice antes que finalice el partido porque se noto a la legua que se dejaron ganar. hizo el gol quilmes y los 2 equipos hacian tiempo, incluso el que iba perdiendo, nunca visto.
No hubo, no hay ni habrá pruebas contundentes como para juzgar intenciones ni
decisiones que de sólo pensarlas darían vergüenza. Pero las evidencias tampoco
ofrecen demasiado espacio para darle vueltas al asunto y decir un sinfín de
palabras sin concretar nada: Quilmes jugó y ganó un partido que tuvo largos
ratos de amistoso -se notó tanta calma que Saúl Laverni no sacó ni una tarjeta
amarilla- mientras que Racing redondeó una producción tan endeble que no
solamente perdió sino que todavía no cerró ni su clasificación para la Copa
Sudamericana.
El conjunto visitante se sacudió durante un ratito con la entrada de
Cámpora, que desde su voluntad hizo de revulsivo en una estructura que se
mostraba extrañamente quieta. El atacante, apenas 60 segundos después de estar
en cancha, quedó mano a mano con Trípodi y el arquero bloqueó su disparo. Pero
el rebote llegó a Zuculini, quien con una tijera obligó al arquero local a otro
cobertura memorable. En ese par de situaciones se acabó la rebeldía albiceleste
para ir al menos a la conquista de un empate digno.
Tampoco pasó inadvertido ese singular ingrediente que significó la
reacción de la gente presente en la cancha. Porque no es cosa de todas las
jornadas que la totalidad de los simpatizantes se uniera en el visceral grito de
“y ya lo ve, y los ve, el que no salta se la va a la B”.
Una conclusión dejó la finalización de la primera etapa: fue imposible
saber si Racing jugó a propósito tan mal esa etapa inicial o, como puede ser,
una producción tan flaca fue producto de otra presentación de un equipo que
carece de identidad, que todavía no sabe si es vertical o le conviene ser
paciente y esperar. Que aún no definió si es mejor esperar en campo propio o ir
a apretar bien arriba, en el nacimiento mismo del armado del rival.
Para engordar la mirada perversa de propios y extraños, en la Academia se
dieron anoche tres hechos simultáneos que no son habituales:
1) La herejía que cometió su entrenador, Luis Zubeldía, de presentar una
formación sin siquiera un delantero, confiando en Centurión -habitualmente
extremo o media punta por afuera- para una tarea que el juvenil no está
capacitado para realizar. Cámpora ingresó a los 20 minutos del segundo
tiempo.
2) Los desacoples defensivos, como sucedió en el gol de Cauteruccio, que
mostraron los habitualmente seguros Ortiz y Cahais, quienes integran junto con
Saja un triángulo bastante confiable.
3) La pasividad que exhibieron Pelletieri y Zuculini, dos medio campistas
de equilibrio que generalmente demuestran una marcada voluntad para correr y
meter. En esta oportunidad, Elizari jugó a las espaldas de ambos y durante
demasiado tiempo manejó la pelota a voluntad.
La idea racinguista de jugar corto y unir a las individualidades desde el
toque y la posesión duró, exactamente hasta el gol local. Que llegó cuando
Elizari se vino desde lejos con la pelota dominada y cuando habilitó a
Cauteruccio, el uruguayo encontró abiertos a Ortiz y Cahais para vulnerar a
Saja.
Quilmes, por su parte, ganó en serenidad con el 1-0 y se mostró muy
confiado cuando comprobó que Leyes y Lema, sus zagueros centrales, confirmaban
una tarea convincente en el custodio de un incómodo Centurión.
Sin que Quilmes se esforzara demasiado por ampliar el marcador, el equipo
de De Felippe se retrasó en el segundo tiempo y esperó que su rival mostrara
algo como para suponer que la igualdad estaba cerca. Eso no sucedió. Salvo una
vez.
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