para los q no lo vieron y tienen ganas aca les dejo lo q paso el martes cuando la escritora opositora fue al programa oficialista... se dieron lindo por eso lo subo!
Pintaba para debate duro. Pero no lo fue. Tampoco tuvo déficit de interés ni de ideas rigurosas, argumentadas y desplegadas organizadamente. Así se desarrolló el encuentro entre el kirchnerista programa "6, 7, 8" y Beatriz Sarlo, sin duda el intelecto más sólido enrolado en la crítica dura y fundada a aquel bloque de poder.
Sarlo concurrió al programa en principio para opinar sobre un informe periodístico acerca de la cobertura de los medios españoles en las movilizaciones que se realizan desde el 15 de este mes en Puerta del Sol. Pero el debate giró hacia el propio programa producido por Diego Gvirtz.
Veamos.
• El primer dato a destacar hace a la decisión de "6, 7, 8" de invitar a Sarlo a debatir. No es poco viniendo del núcleo duro más activo que tiene el kirchnerismo a modo de reproductor de su ideología. Un programa que, en su último libro y en el marco de la demolición a la que lo somete, Sarlo define como "la más eficaz propaganda televisiva del gobierno". Es decir, con la invitación, "6, 7, 8" quizá esté en curso de flexibilizar ese espíritu de capilla de verdad única con que se vertebra en defensa del régimen kirchnerista. Y Sarlo, impecable al aceptar el desafío.
• Una reflexión rigurosa, ajena a dictados emocionales propios de los posicionamientos políticos sustentados desde lo irreductible, dice que el debate no tuvo ganadores. Nadie se alzó con el triunfo. En este marco, desde "6, 7, 8" los argumentos más sólidos en oposición al pensamiento de Sarlo partieron del filósofo Forster. Se conocen desde muy lejos en la historia. Hace dos años produjeron un largo e interesante debate en la revista "Contraeditorial". Forster fue el contendiente al que Sarlo más atención dedicó. Él acertó al no situarla en un lugar que es común al discurso de "6, 7, 8" con lo distinto: el de enemigo. Le habló desde certidumbres. También desde matices. Y por ese callejón marcharon las respuestas de Sarlo.
• Patético fue el papel de Gabriel Mariotto, titular de la Autoridad Federal de Comunicación Audiovisual. En él todo fue rusticidad. Tanto en la organización de ideas como en su formulación, incluso en lo gestual. No cometió errores; fue algo más grave: insensatez. Porque eso es pensar que Sarlo forja su pensamiento vía la letra que le otorga Magnetto. O que éste forja el suyo vía la línea que le baja Sarlo. Es ignorar la formación de Sarlo, que junto con Silvia Bleichmar quizá sea, cada una con su bagaje de ideas, una de las intelectuales más importantes de los últimos 30 años del país. Más militante del fanatismo que sociólogo de reflexión fundada, Mariotto sólo estuvo a la altura de un militante de esquina políticamente bochinchera. Nulo a lo largo de todo el debate en materia de aportes, como mínimo, interesantes. "¡No seas insolente! Nadie le da letra a nadie!", le respondió Sarlo.
• Hubo mucho verbo aplacado en "6, 7, 8". El de Osvaldo Barone, por caso. Protagonista excluyente del programa, esta vez se corrió durante largo rato. Incluso, cuando en determinado momento esgrimió la relación de Sarlo con "La Nación" en tanto columnista, en un intento sin duda de invalidar sus ideas, ella le respondió seca: "¡Vos también trabajaste en 'La Nación'!". Respuesta rápida. No defensiva. Orillando el "¿Y qué? ¿Cuál es el pecado?".
• También operó con cautela Sandra Russo. Tuvo una intervención tibia. Desmintió que su participación en el programa valga 90.000 pesos mensuales. No prosperó el tema. Y luego dijo que "6, 7, 8" no cambia el sentido de las declaraciones de los personajes que son protagonistas de sus informes del programa. Sarlo respondió desde uno de los tramos más rigurosos que toca en su reciente libro, donde el estilo de "6, 7, 8" es uno de sus blancos predilectos: "Los he visto discutiendo los informes, lo cual no quiere decir que no podrían ser refutados y que yo podría demostrar que eso es lo que se hace con los informes, es decir, descontextualizar y repetir".
Luego, entre otros dimes y diretes, y aunque queda mucha letra, el duelo Sarlo - "6, 7, 8" comenzó a ser historia.
fuente. diario rio negro
[YT]http://www.youtube.com/watch?v=VqLFDcSQ6sA[/YT]
[YT]http://www.youtube.com/watch?v=i9ntzsGXGDM&feature=relmfu[/YT]
[YT]http://www.youtube.com/watch?v=45z0Qp7pKuI&feature=relmfu[/YT]
[YT]http://www.youtube.com/watch?v=kSsHh8f0H_o&feature=relmfu[/YT]
Pintaba para debate duro. Pero no lo fue. Tampoco tuvo déficit de interés ni de ideas rigurosas, argumentadas y desplegadas organizadamente. Así se desarrolló el encuentro entre el kirchnerista programa "6, 7, 8" y Beatriz Sarlo, sin duda el intelecto más sólido enrolado en la crítica dura y fundada a aquel bloque de poder.
Sarlo concurrió al programa en principio para opinar sobre un informe periodístico acerca de la cobertura de los medios españoles en las movilizaciones que se realizan desde el 15 de este mes en Puerta del Sol. Pero el debate giró hacia el propio programa producido por Diego Gvirtz.
Veamos.
• El primer dato a destacar hace a la decisión de "6, 7, 8" de invitar a Sarlo a debatir. No es poco viniendo del núcleo duro más activo que tiene el kirchnerismo a modo de reproductor de su ideología. Un programa que, en su último libro y en el marco de la demolición a la que lo somete, Sarlo define como "la más eficaz propaganda televisiva del gobierno". Es decir, con la invitación, "6, 7, 8" quizá esté en curso de flexibilizar ese espíritu de capilla de verdad única con que se vertebra en defensa del régimen kirchnerista. Y Sarlo, impecable al aceptar el desafío.
• Una reflexión rigurosa, ajena a dictados emocionales propios de los posicionamientos políticos sustentados desde lo irreductible, dice que el debate no tuvo ganadores. Nadie se alzó con el triunfo. En este marco, desde "6, 7, 8" los argumentos más sólidos en oposición al pensamiento de Sarlo partieron del filósofo Forster. Se conocen desde muy lejos en la historia. Hace dos años produjeron un largo e interesante debate en la revista "Contraeditorial". Forster fue el contendiente al que Sarlo más atención dedicó. Él acertó al no situarla en un lugar que es común al discurso de "6, 7, 8" con lo distinto: el de enemigo. Le habló desde certidumbres. También desde matices. Y por ese callejón marcharon las respuestas de Sarlo.
• Patético fue el papel de Gabriel Mariotto, titular de la Autoridad Federal de Comunicación Audiovisual. En él todo fue rusticidad. Tanto en la organización de ideas como en su formulación, incluso en lo gestual. No cometió errores; fue algo más grave: insensatez. Porque eso es pensar que Sarlo forja su pensamiento vía la letra que le otorga Magnetto. O que éste forja el suyo vía la línea que le baja Sarlo. Es ignorar la formación de Sarlo, que junto con Silvia Bleichmar quizá sea, cada una con su bagaje de ideas, una de las intelectuales más importantes de los últimos 30 años del país. Más militante del fanatismo que sociólogo de reflexión fundada, Mariotto sólo estuvo a la altura de un militante de esquina políticamente bochinchera. Nulo a lo largo de todo el debate en materia de aportes, como mínimo, interesantes. "¡No seas insolente! Nadie le da letra a nadie!", le respondió Sarlo.
• Hubo mucho verbo aplacado en "6, 7, 8". El de Osvaldo Barone, por caso. Protagonista excluyente del programa, esta vez se corrió durante largo rato. Incluso, cuando en determinado momento esgrimió la relación de Sarlo con "La Nación" en tanto columnista, en un intento sin duda de invalidar sus ideas, ella le respondió seca: "¡Vos también trabajaste en 'La Nación'!". Respuesta rápida. No defensiva. Orillando el "¿Y qué? ¿Cuál es el pecado?".
• También operó con cautela Sandra Russo. Tuvo una intervención tibia. Desmintió que su participación en el programa valga 90.000 pesos mensuales. No prosperó el tema. Y luego dijo que "6, 7, 8" no cambia el sentido de las declaraciones de los personajes que son protagonistas de sus informes del programa. Sarlo respondió desde uno de los tramos más rigurosos que toca en su reciente libro, donde el estilo de "6, 7, 8" es uno de sus blancos predilectos: "Los he visto discutiendo los informes, lo cual no quiere decir que no podrían ser refutados y que yo podría demostrar que eso es lo que se hace con los informes, es decir, descontextualizar y repetir".
Luego, entre otros dimes y diretes, y aunque queda mucha letra, el duelo Sarlo - "6, 7, 8" comenzó a ser historia.
fuente. diario rio negro
[YT]http://www.youtube.com/watch?v=VqLFDcSQ6sA[/YT]
[YT]http://www.youtube.com/watch?v=i9ntzsGXGDM&feature=relmfu[/YT]
[YT]http://www.youtube.com/watch?v=45z0Qp7pKuI&feature=relmfu[/YT]
[YT]http://www.youtube.com/watch?v=kSsHh8f0H_o&feature=relmfu[/YT]
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