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Los cuatro criterios de calidad más conocidos para valorar un diamante son las llamadas popularmente “4C”, siglas en inglés de Carat (Peso), Colour (Color), Clarity (Pureza) y Cut (Talla o Corte). La talla es el elemento que permite revelar el brillo del diamante.
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El Instituto Gemológico de América* califica la pureza del diamante en una escala de 11 puntos que abarca desde Sin Defecto y Sin Inclusiones Internas (FL/IF) hasta Inclusiones Visibles (I1, I2, I3). Estas categorías se basan en la capacidad de ver las inclusiones con una lupa de 10x aumentos.
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Los diamantes tienen un índice refractivo muy alto, es por ello que su brillo logrará pasar por casi cualquier papel. Pon tu diamante sobre un periódico y si el brillo sigue del mismo color, es de verdad. Si el segundo brillo se ve de color negro por el periódico, éste el falso.
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Si un diamante es de buena calidad, a la hora de ponerlo contra la luz no deberás de poder ver a través de él. Una buena forma de probarlo es poniendo algún texto abajo de éste e intentar leer lo que dice. Si puedes ver las letras, entonces no es un diamante verdadero. Esta joyería https://pierrejewellery.es elabora anillos con diamantes de alta calidad por precios mucho más baratos que las joyerías más famosas del mundo.
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