Tweet
Jorge Cupeiro: “Los 10 mejores autos que vendí”
1 SEPTIEMBRE, 2016
Anoche, Guillermo Chetta inauguró su nuevo concesionario Honda en Martínez. Está ubicado en Avenida del Libertador, cerca de Pepino, en una de las zonas más cotizadas para la venta de autos en la Argentina.
Para la apertura del local -uno de los más grandes de Honda en el país- Chetta convocó a sus amigos de toda la vida. El animador fueJulián Weich, pero también estuvieron Pancho Dotto y Zulemita Menem, además de varios pilotos: Miguel Ángel Guerra y Guillermo Kissling, entre otros.
Entre ellos, Chetta dedicó un agradecimiento especial a quien lo ayudó a iniciarse en su pasión por los autos, que abarca la venta, pero también la restauración de clásicos y las carreras en pista. Esa persona es Jorge Cupeiro.
A punto de cumplir 79 años, Cupeiro es una verdadera leyenda en el mundillo tuerca local. Fue un piloto destacado, que brilló en elTurismo Carretera, la Fórmula 3 y los Sport Prototipos. Y quedó en la historia como uno de los integrantes de la “Misión Argentina”, que corrió con los Torino en Nürburgring ‘69.
Pero esa es una historia conocida.
La otra es la historia del Cupeiro vendedor de autos y motos.
En los años ’60, fue el primer importador de Honda en la Argentina. Y poco después inventó el negocio de la venta de autos exóticos: deportivos, lujosos, carísimos, inalcanzables. La agencia de Cupeiro en Libertador fue, durante años, una parada obligada para cualquier fanático.
Sin embargo, cuando otros copiaron la idea de vender autos exóticos, Cupeiro sorprendió a todos una vez más: fue pionero en la venta de autos low-cost. Se convirtió en representante de la marca rusa Lada e inundó el mercado con casi 10 mil unidades en los años ’90.
En la noche de la fiesta de Chetta, Autoblog le propuso un juego a Cupeiro: elegir a los 10 mejores autos que haya vendido, con total libertad de criterio.
Este fue el resultado.
1. Ferrari 512 Berlinetta Boxer: “Era una Ferrari hermosa, que siempre me generó mucha intriga, porque después de que la vendí nunca supe nada más de ella. Se la vendí a un chico que tenía una empresa que lavaba ropa de hoteles y nunca tuve más noticias ni de él, ni del auto”.
2. Ferrari Testarossa: “Traje la primera Testarossa al país a fines de los ’80. Era roja y durante muchos años fue la única de la Argentina. Se la vendí a Tito Bessone, que un día se mandó una macana: hizo un trompo y se cayó al agua. No sé qué quiso hacer”.
3. Ferrari 365 GTB/4 Daytona: “Era de color azul oscuro, una belleza, con esa trompa larga, porque tenía el motor V12 delantero. Un fierro divino. Se la vendí originalmente a un publicista, que era el autor de los avisos de los vinos Crespi. Eran publicidades muy famosas en esa época”.
4. Rolls-Royce: “No me acuerdo el modelo que era, pero es un auto que en los años ’70 vendí en Mendoza a los Greco. Cuando se armó el lío con los militares y a los Greco los remataron judicialmente, el Rolls-Royce lo compró el presidente de General Motors Uruguay y se lo llevó para allá. Un auto muy lindo, de color blanco y con tapizados azules”.
5. BMW M1: “Ese auto no lo traje yo al país. Lo importó originalmente el representante de BMW en los años ’80 y un día junto con mi socio Jorge López nos encontramos con la M1 en la vereda de una agencia, en Libertador. Tenía un tachito de venta en el techo. Mi socio la compró y la restauró, porque la habían chocado y estaba mal reparada. Después, López se la vendió a un fabricante de muebles en Rosario y al tiempo este señor vino a vendérmela a mí. Ahí yo la compré y la hice pintar de blanco, con los colores de competición. La tuve hasta hace dos o tres años, cuando me la compró el abogado Alejandro Novak. Yo no la tendría que haber vendido, porque ese es un auto que cada día vale más. Se fabricaron sólo 453 unidades”.
6. Dino GTS: “Era la Ferrari que no se llamaba Ferrari. Y fue el primer auto que vendí en el exilio. En 1978, perseguido por los militares, me tuve que ir de la Argentina y me radiqué en Miami. Yo ya tenía contacto con Ferrari y puse una agencia de autos en Fort Lauderdale. Así empecé a vender Ferrari en Estados Unidos. Iba a Italia, encargaba una Ferrari, la convertía para las especificaciones de Estados Unidos de esa época, la embarcaba y la vendía. La primera fue esa Dino GTS, con el techo desmontable, que casualmente fue la última que se fabricó. La vendí en 33 mil dólares. Hoy debe valer no menos de 330 mil. Las dos Dino que hay en la Argentina, una amarilla y la otra roja, también las vendí yo”.
7. Honda Dream 250: “Entre 1960 y 1963, fui el primer importador de Honda en la Argentina. Arranqué con las motos. Y entre 1981 hasta 1988, fui importador de los autos de Honda. Pero la fama de Honda nació con las motos. Las Dream 250 eran espectaculares. Y la obsesión de la marca por el control de calidad era algo que nunca volví a ver. Todos los meses mandaban a un japonecito, para ver cómo marchaban las ventas y cómo se trabajaba la postventa. Igual, eran motos que no se rompían nunca. Excelentes”.
8. Lada Niva: “Cuando se abrió la importación de autos en los años ’90, muchos se largaron a traer marcas y autos de lujo. Ahí yo conseguí la representación de los autos rusos Lada y de los camiones Kamaz. Vendí más de 10 mil Lada. Me hubiera gustado quedarme con algún Niva de recuerdo, pero nunca tuve la costumbre de guardarme algún auto para mí. Son pocos los que conservo”.
9. Lamborghini Countach 5000 Quattrovalvole: “Mi concesionario en Libertador siempre lo visitaban muchos fanáticos de los autos, que venían a ver las Ferrari y otros modelos. Pero nunca se generó tanta locura como cuando traje el Lamborghini Countach 5000 Quattrovalvole. Tenía un alerón enorme, era durísimo de manejar, una tortura. Pero andaba muy rápido y era espectacular. Venía tanta gente a verlo que una vez se produjo un accidente por el embotellamiento que se armaba en Libertador. Se mató un chico con una moto. Hacía unos minutos, el chico había estado viendo el auto. Ese Countach lo vendí. Un día se lo prestaron a Carlitos Menem Junior. Lo chocó. Lo rompió todo. Guillermo Chetta lo restauró por completo y después lo compró Clemar Bucci, que falleció hace poco”.
10. Mercedes-Benz E 63 AMG: “Este no lo vendí, lo compré. Es un auto que compré hace cuatro años y que no creo que venda, porque es el que elegí para manejar todos los días. Tiene 560 caballos. Para el uso diario, hay una sola marca en el mundo y se llama Mercedes-Benz”.
Entrevista de Carlos Cristófalo
1 SEPTIEMBRE, 2016
Anoche, Guillermo Chetta inauguró su nuevo concesionario Honda en Martínez. Está ubicado en Avenida del Libertador, cerca de Pepino, en una de las zonas más cotizadas para la venta de autos en la Argentina.Para la apertura del local -uno de los más grandes de Honda en el país- Chetta convocó a sus amigos de toda la vida. El animador fueJulián Weich, pero también estuvieron Pancho Dotto y Zulemita Menem, además de varios pilotos: Miguel Ángel Guerra y Guillermo Kissling, entre otros.
Entre ellos, Chetta dedicó un agradecimiento especial a quien lo ayudó a iniciarse en su pasión por los autos, que abarca la venta, pero también la restauración de clásicos y las carreras en pista. Esa persona es Jorge Cupeiro.
A punto de cumplir 79 años, Cupeiro es una verdadera leyenda en el mundillo tuerca local. Fue un piloto destacado, que brilló en elTurismo Carretera, la Fórmula 3 y los Sport Prototipos. Y quedó en la historia como uno de los integrantes de la “Misión Argentina”, que corrió con los Torino en Nürburgring ‘69.
Pero esa es una historia conocida.
La otra es la historia del Cupeiro vendedor de autos y motos.
En los años ’60, fue el primer importador de Honda en la Argentina. Y poco después inventó el negocio de la venta de autos exóticos: deportivos, lujosos, carísimos, inalcanzables. La agencia de Cupeiro en Libertador fue, durante años, una parada obligada para cualquier fanático.
Sin embargo, cuando otros copiaron la idea de vender autos exóticos, Cupeiro sorprendió a todos una vez más: fue pionero en la venta de autos low-cost. Se convirtió en representante de la marca rusa Lada e inundó el mercado con casi 10 mil unidades en los años ’90.
En la noche de la fiesta de Chetta, Autoblog le propuso un juego a Cupeiro: elegir a los 10 mejores autos que haya vendido, con total libertad de criterio.
Este fue el resultado.
1. Ferrari 512 Berlinetta Boxer: “Era una Ferrari hermosa, que siempre me generó mucha intriga, porque después de que la vendí nunca supe nada más de ella. Se la vendí a un chico que tenía una empresa que lavaba ropa de hoteles y nunca tuve más noticias ni de él, ni del auto”.
2. Ferrari Testarossa: “Traje la primera Testarossa al país a fines de los ’80. Era roja y durante muchos años fue la única de la Argentina. Se la vendí a Tito Bessone, que un día se mandó una macana: hizo un trompo y se cayó al agua. No sé qué quiso hacer”.
3. Ferrari 365 GTB/4 Daytona: “Era de color azul oscuro, una belleza, con esa trompa larga, porque tenía el motor V12 delantero. Un fierro divino. Se la vendí originalmente a un publicista, que era el autor de los avisos de los vinos Crespi. Eran publicidades muy famosas en esa época”.
4. Rolls-Royce: “No me acuerdo el modelo que era, pero es un auto que en los años ’70 vendí en Mendoza a los Greco. Cuando se armó el lío con los militares y a los Greco los remataron judicialmente, el Rolls-Royce lo compró el presidente de General Motors Uruguay y se lo llevó para allá. Un auto muy lindo, de color blanco y con tapizados azules”.
5. BMW M1: “Ese auto no lo traje yo al país. Lo importó originalmente el representante de BMW en los años ’80 y un día junto con mi socio Jorge López nos encontramos con la M1 en la vereda de una agencia, en Libertador. Tenía un tachito de venta en el techo. Mi socio la compró y la restauró, porque la habían chocado y estaba mal reparada. Después, López se la vendió a un fabricante de muebles en Rosario y al tiempo este señor vino a vendérmela a mí. Ahí yo la compré y la hice pintar de blanco, con los colores de competición. La tuve hasta hace dos o tres años, cuando me la compró el abogado Alejandro Novak. Yo no la tendría que haber vendido, porque ese es un auto que cada día vale más. Se fabricaron sólo 453 unidades”.
6. Dino GTS: “Era la Ferrari que no se llamaba Ferrari. Y fue el primer auto que vendí en el exilio. En 1978, perseguido por los militares, me tuve que ir de la Argentina y me radiqué en Miami. Yo ya tenía contacto con Ferrari y puse una agencia de autos en Fort Lauderdale. Así empecé a vender Ferrari en Estados Unidos. Iba a Italia, encargaba una Ferrari, la convertía para las especificaciones de Estados Unidos de esa época, la embarcaba y la vendía. La primera fue esa Dino GTS, con el techo desmontable, que casualmente fue la última que se fabricó. La vendí en 33 mil dólares. Hoy debe valer no menos de 330 mil. Las dos Dino que hay en la Argentina, una amarilla y la otra roja, también las vendí yo”.
7. Honda Dream 250: “Entre 1960 y 1963, fui el primer importador de Honda en la Argentina. Arranqué con las motos. Y entre 1981 hasta 1988, fui importador de los autos de Honda. Pero la fama de Honda nació con las motos. Las Dream 250 eran espectaculares. Y la obsesión de la marca por el control de calidad era algo que nunca volví a ver. Todos los meses mandaban a un japonecito, para ver cómo marchaban las ventas y cómo se trabajaba la postventa. Igual, eran motos que no se rompían nunca. Excelentes”.
8. Lada Niva: “Cuando se abrió la importación de autos en los años ’90, muchos se largaron a traer marcas y autos de lujo. Ahí yo conseguí la representación de los autos rusos Lada y de los camiones Kamaz. Vendí más de 10 mil Lada. Me hubiera gustado quedarme con algún Niva de recuerdo, pero nunca tuve la costumbre de guardarme algún auto para mí. Son pocos los que conservo”.
9. Lamborghini Countach 5000 Quattrovalvole: “Mi concesionario en Libertador siempre lo visitaban muchos fanáticos de los autos, que venían a ver las Ferrari y otros modelos. Pero nunca se generó tanta locura como cuando traje el Lamborghini Countach 5000 Quattrovalvole. Tenía un alerón enorme, era durísimo de manejar, una tortura. Pero andaba muy rápido y era espectacular. Venía tanta gente a verlo que una vez se produjo un accidente por el embotellamiento que se armaba en Libertador. Se mató un chico con una moto. Hacía unos minutos, el chico había estado viendo el auto. Ese Countach lo vendí. Un día se lo prestaron a Carlitos Menem Junior. Lo chocó. Lo rompió todo. Guillermo Chetta lo restauró por completo y después lo compró Clemar Bucci, que falleció hace poco”.
10. Mercedes-Benz E 63 AMG: “Este no lo vendí, lo compré. Es un auto que compré hace cuatro años y que no creo que venda, porque es el que elegí para manejar todos los días. Tiene 560 caballos. Para el uso diario, hay una sola marca en el mundo y se llama Mercedes-Benz”.
Entrevista de Carlos Cristófalo
***
Foto de archivo, junio de 2009. Clemar Bucci y el Lamborghini Countach 5000 Quattrovalvole que importó Jorge Cupeiro.
Foto de archivo, junio de 2009. Clemar Bucci y el Lamborghini Countach 5000 Quattrovalvole que importó Jorge Cupeiro.
Comment